Esta es la edad en la que nos volvemos más oscuros y egocéntricos
Todo el mundo tiene un lado oscuro. Incluido tú. No hace falta ser de la tríada oscura narcisistas, psicópatas y maquiavélicos para mostrar cierto grado de egocentrismo, de insensibilidad y de manipulación. De hecho y como asegura el psicólogo de la personalidad Theo A. Klimstra en un artículo en lado oscuro, "los psicólogos no pensamos que alguien sea egocéntrico o no: trabajamos desde el supuesto de que todo el mundo es egocéntrico, algunos muy poco y otros más". Pero lo interesante es que ese atributo no solo cambia entre personas, sino también en una misma persona a lo largo de su vida. Y a la edad de 20 está a tope.
Esa es la conclusión a la que ha llegado el equipo de investigación liderado por el propio Klimstra tras una encuesta a más de 4.000 personas procedentes de Países Bajos y Bélgica. En la misma, los participantes debían calificarse a sí mismos respecto a características de la personalidad negativas. "Podrías pensar que eso lleva a que nadie admita cuán egocéntrico, manipulador o insensible es en realidad, pero eso no es cierto: la investigación sugiere fuertemente que las personas con rasgo de personalidad oscuros admiten que los tienen, probablemente porque no los ven como rasgos problemáticos", apunta el especialista.
A más edad, más egocentrismo
Como revelaron los resultados, los niños de 11 a 13 años suelen mostrar niveles promedio bajos en cuanto a rasgos como el egocentrismo, la insensibilidad o la manipulación. No obstante, y conforme creces, conforme soplas velas y añades años a tu historial, "los niveles promedio aumentan gradualmente". Es ahí, cuando estás en la llamada adultez joven, alrededor de los 20 años, cuando tienes más posibilidades de comportarte egocéntricamente, de proporcionar afecto insensible en tus relaciones o de manipular a los demás para salir con la tuya. Es el momento de tu vida en el que más miras por ti mismo.
Competitividad a todas horas
Y para los científicos de la psicología tiene mucho sentido. Al fin y al cabo, es una etapa en la que tienes que competir muchísimo socialmente para encontrar pareja, para destacar en la universidad y para destacar en los trabajos. Estás a la caza. En palabras de Klimstra, "cuando hay que competir, puede ser más fácil no pensar demasiado en lo que el éxito de uno podría significar para el éxito de los demás y, por lo tanto, ser un poco más egocéntrico e insensible podría facilitar las cosas". Cultivar la empatía, sientes en lo más profundo, podría hacerte perder oportunidades. Es una época muy complicada.
No solo por la competencia. Según este experto, existe otro motivo para el aumento de los rasgos oscuros en la fase universitaria: es el periodo de tu vida en el que solidificas tu identidad. "A pesar de que también es un proceso social, la formación de la identidad a menudo viene con un mayor enfoque en uno mismo que quizás se traduzca en mayores niveles de rasgos de personalidad oscuros". Estás más enfocado en ti, en qué quieres de la vida, en qué quieres de los demás y cómo salir adelante. En unos años, los niveles de oscuridad volverán a reducirse. Es un proceso natural. No te castigues demasiado.