7 señales para detectar a una persona que miente compulsivamente

Todos hemos mentido alguna vez. De hecho, es probable que en lo que dura una semana, lo hagamos un par de veces, por ejemplo: te preguntan si estás bien y dices que sí a pesar de que no lo estás. Estas mentiras suelen ser para nuestro propio beneficio o el de los demás pero pueden tomarse como mentirijillas, pequeños engaños pasajeros. Este comportamiento nada tiene que ver con el que tiene una persona que es mentirosa compulsiva, ya que estas personas tienen el hábito de mentir constantemente sin ningún beneficio personal, mienten por el simple hecho de mentir y estas son algunas de las señales que te pueden ayudar a detectarlas. La cuestión es observar con precisión y te darás cuenta que podrás descubrirlos más rápido de lo que crees.

Uno de los signos de los mentirosos compulsivos es el de alardear. Se trata de personas que quieren mostrar todo lo que piensan continuamente y que tienen conocimiento de los temas, sea cual sea el que se hable. Para poder alardear sin ser particularmente efusivos, los mentirosos adaptan una falsa modestia y consiguen ‘demostrar’ que son humildes. Por ejemplo pueden decir que se sintieron mal en un evento súper elegante donde estaban invitados de forma especial por conocer a casi todos los asistentes.

Las personas que mienten y no lo hacen de forma compulsiva muestran culpabilidad de alguna manera. Siempre hay algo que los incomoda. Alguien que tiene una gran facilidad en mentir no siente culpabilidad ya que no tienen empatía y piensan que sus mentiras no le generan mal a nadie. Y si lo hacen, no les importa.

Estas personas siempre se ponen en el primer lugar, no les importa nadie más. Aún así no lo hacen de forma descarada, adaptan una actitud de falsa modestia, como decíamos antes. Lo que sucede es una especie de adicción a la mentira.

Si tienes la vista muy precisa y has conseguido destapar una mentira de alguien que miente compulsivamente, podrás recordar su reacción. No se asusta ni se siente culpable, más bien reacciona de forma enfurecida. De esta manera empiezan a preguntar cosas para intentar desviar la atención o te acusarán de no confiar en ellos, tratando de generar una sensación de culpa en ti.

Lo cierto es que los mentirosos compulsivos desean que sus mentiras sean verdaderas y esto los lleva automáticamente a creerse sus propias mentiras. Las han pensado tanto y de manera tan natural que, orgánicamente, las asumen como ciertas. Estos les dará una facilidad mayor para mentir sin ningún inconveniente. Para poder detectar esto debes pensar en una pregunta sobre la mentira que, realmente, sería imposible que estas personas hayan pensado. Alguna cuestión detallada que no estuviera dentro de su estructura.

Las personas que no son mentirosas compulsivas por lo general —cuando mienten— se sienten incómodas. Esto se percibe porque no hacen contacto visual o porque pueden sudar. Un mentiroso compulsivo está, como quien diríamos, en su salsa. Se sienten cómodos mintiendo. De hecho para ellos, en ocasiones, mentir es más fácil que contar la verdad.

Toda esta fusión de comportamientos les hace tener muchísima confianza, lo cual les permite darle vuelta a la tortilla y hacer que te cuestiones lo que crees. Comienzas a cuestionar tu propia memoria ya que son muy convincentes defendiendo sus pensamientos y sus posturas. Si conoces a alguien con todos estos aspectos en su personalidad será mejor que te alejes.