5 maneras de arreglar uno de esos días en que todo sale mal
Qué bonito sería levantarse cada mañana completamente descansadx y en armonía con la vida, ¿verdad? Pero la realidad es bien diferente: son muchos los días que, desde muy temprano, andamos agotadxs, estresadxs y malhumoradxs. Y desgraciadamente dicho estado emocional suele perdurar hasta la noche. Otro día tirado a la basura porque apenas lo has disfrutado. Otro día de arrastrarte por el curro, de contestar regular y de no pensar en otra cosa más que en volver a casa y olvidarte de todo. Pero existe solución. En concreto, explican desde estresadxs, cinco estrategias capaces de darle la vuelta.
La primera de ellas es muy sencilla: elige un hábito saludable e insértalo orgánicamente en tu rutina actual. Tienes muchos a tu disposición: las sesiones de meditación, el running mañanero, las rutinas de yoga o los ejercicios de contemplación son solo algunos ejemplos, pero en realidad sirve cualquier actividad que te proporcione sana relajación. En cualquier caso, lo importante aquí no es solo el hábito en sí, sino también su vinculación con el resto de tu rutina diaria. Después de todo, "al agregarlo a algo que ya haces es mucho más probable que lo sigas", cuenta en este medio el psiquiatra Murray Zucker.
La segunda estrategia no es tan sencilla: eliminar el móvil de la ecuación hasta que hayas cumplido varios de los pasos iniciales y fundamentales de tu rutina, incluido el hábito saludable del que hablábamos antes. Y esto tiene razón de ser más allá de torturarte. En concreto, dice la especialista Allison Task, porque cuando "coges tu móvil a primera hora de la mañana, realmente estás invitando al mundo exterior a dictar tu estado de ánimo". Y esto sirve también para el ordenador, la tablet y cualquier otro dispositivo. No vas a poder darle la vuelta a la situación con decenas de mensajes chupando tu energía. Relax.
El problema es que las opiniones y las demandas de las demás personas no son la única gasolina que puede avivar el fuego de tu cansancio, tu estrés o tu malhumor. También están tus propios pensamientos intrusivos, que te cuentan que el día será larguísimo, intensísimo y, en definitiva, una mierda. Aquí Zuker recomienda la técnica del nombre propio. "Si usas tu propio nombre en tu diálogo interno, es más probable que sigas los consejos cognitivos. Si digo: 'Murray, has hecho esto antes, te gusta hacer esto', puedo tomar cierto control sobre los pensamientos, lo que puede prepararte para una mayor felicidad a lo largo del día".
Una manera de invocar tu raciocinio y tu autoconfianza. No obstante, en última instancia eres una criatura social, lo que implica que, además de hablar adecuadamente contigo mismx, deberías "establecer contacto social con alguien por quien tengas una consideración positiva". Este contacto puede ser físico, en el mejor de los casos, pero también mediante una llamada, un audio de Whatsapp o un mensaje. Y hazlo, obviamente, tras haber realizado tu hábito saludable, cuando sea el momento de tomar el móvil. Si no puedes hablar con la persona que deseas, "puede ser suficiente simplemente enviarle buenos pensamientos".
Por último, y según Tusk, está la madre de todas las estrategias de gestión emocional: la gratitud. Como apuntan desde The Huffington Post, "en los ensayos de investigación, las personas que escribieron en un día sobre las cosas por las que están agradecidos durante la semana obtuvieron puntuaciones mucho más altas en las medidas de felicidad que las personas que, en cambio, notaron cosas que les habían irritado". Y ya sabes que nuestra mente tiene tendencia natural a fijarse en esto último, lo que implica que debes hacer un esfuerzo consciente para agradecer. Busca tu manera. Pero hacerlo a primera hora puede salvarte el día.