Cómo lidiar con el mansplaining laboral para no acabar odiando tu trabajo

¿Harta de que tu compañero de trabajo se lleve todos tus méritos? Tranquila, te explicamos como ponerle fin al mansplaining laboral

Otra vez igual. Se te ha acudido una idea en la reunión de trabajo, e ipso facto tu compañero se la ha apropiado delante de los jefes. ¿Que la jefa da la enhorabuena en el grupo de WhatsApp por ese informe que al final te lo comiste tú sola con patatas? Ya se ocupa él de responder por el chat los elogios. Ah, y si además tienes que ocuparte de algún encargo importante seguramente estará allí para “supervisarte” y darte “consejos” aunque no tenga ni mínima idea sobre lo que estás haciendo. Respira hondo, te ayudamos a lidiar con el mansplaining laboral. 

El gran problema del mansplaining laboral aparte de ser una conducta machista es que es sutil, son pequeños detalles, aparentemente sin importancia, pero que te afectan. De hecho, el médico forense español y especialista en detección de género, Miguel Lorente, explica en La Tercera como estas circunstancias de machismo generan ansiedad, cansancio, frustración y afectan a la autoestima. 

Cuando te interrumpen en medio de una reunión o que se apropian de una idea tuya desearías gritarles que se callen y que dejen de comportarse como si fueras invisible. Que te escuchen y reconozcan lo que es tuyo. Pero no lo haces porque tienes miedo a parecer una “exagerada” y encima una “mal compañera” que no sabe trabajar en equipo. 

La sororidad es clave. Hablar con las otras chicas de tu trabajo y compartir estas vivencias también te ayudará a ver que no estás sola. Además, si sois un par las que identificáis la misma actitud de superioridad por parte de un mismo compañero podrías llegar a plantearos comentarlo con él o con vuestrx jefx. Qué sepa que vosotras también tenéis ideas valiosas y que os lo estáis currando. 

Por último amplifica la voz de tus compañeras de trabajo. Da valor a las aportaciones de tus compañeras, y si notas que se están repitiendo las actitudes de mansplaining actúa. ¿Qué se están apropiando de la idea de una compañera?, “Ah estás diciendo justo lo que Ana ha comentado hace un momento, ¿no?”. De esta manera vas generando un entorno más cómodo y justo con todas. 

Con estos pasos, si tu compañero o compañeros de trabajo son un poco avispados, se darán cuenta de que lo que están haciendo no está bien. O como mínimo puede que se acaben cortando un poco. Si ya no es por empatía y justicia, que al menos sea por vergüenza. 

Quítate de la cabeza esas palabras. Ni quieres llamar la atención ni eres una quisquillosa, estás ante una situación injusta y eso indignaría a cualquiera. Lo primero para lidiar con ello es concienciarte de que no es tu culpa y que tus aportaciones tampoco son peores que las de tus compañeros. Luchar contra estas vocecitas no es fácil, sobre todo si a esto sumamos que muchas sufrimos del síndrome de la impostora. Creemos que no estamos suficientemente preparadas. Pero grábate en la cabeza que estas dónde estás porque te lo has ganado y tu trabajo sí que tiene un valor. 

El mansplaining laboral también puede generarte una sensación de aislamiento en la oficina. Sentir que no tienes nada a aportar en la reunión o que incluso trabajas mal puede hacer que te sientas insegura a la hora de socializar con tus compañerxs. La idea de que todo son imaginaciones tuyas también puede hacer que no te atrevas a explicarlo a tus colegas. Y esto es clave: busca alguien que te acompañe y con quién puedas sincerarte. 

Tener una persona que sepa como te sientes da igual si es hombre o mujer y que empatice con la situación de mansplaining hará que te sientas menos aislada e incluso puede intervenir cuando se den esas situaciones. Comentarios tipo: “Un momento, María estaba explicando una cosa, escuchémosla” o “El mérito es de María por el trabajo hecho” puede reforzarte ante la situación de invisibilización. Incluso pueden ayudarte a verte con más confianza y a sentirte que tienes el derecho porque lo tienes a reclamar tu misma los méritos y que se escuche tu voz.

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