El hijo de 'las vecinas de Valencia' confiesa lo dura que fue su infancia
“Me dice puta, puta, puta a mí... Sin ser nada de eso yo”. Todos conocemos de dónde sale esta frase mítica: de las vecinas de Valencia, un capítulo de Callejeros de 2007, donde una valenciana, Isabel, se quejaba de que Vicenta, su vecina, la torturaba constantemente con insultos, amenazas y todo tipo de agresiones y humillaciones, desde tirar basura en su puerta hasta rociarles con orines, mientras que esta la acusaba de vuelta, llamándola loca y paranoica.
Esta batalla duró más de una década, pasando por tribunales que acabaron dando la razón a Isabel y por todos los platós de España, desde Callejeros hasta Espejo público. Se habló tanto del caso que se acabó convirtiendo en un icono de la cultura pop española hasta Almodóvar dijo que era su vídeo favorito de Internet y en uno de los memes más compartidos desde la parodia que hizo Paquita Salas, a los dijo de APM, hasta los stickers de WhatsApp que seguro que tú también tienes guardado.
Las vecinas de Valencia quedaron como un chiste más, una anécdota y un vídeo épico que parafraseábamos cada cierto tiempo, pero a nadie le importaba la historia que había detrás. Hasta ayer, cuando el hijo de Isabel salió a Twitter a explicar cómo habían vivido ellos lo que para los demás era un meme. “Like si vienes de Twitter y ya no te hace gracia el vídeo”, decía un comentario en YouTube. Así, cientos de mensajes más, todos empatizando, una década después, con las víctimas de la historia.
“Hoy os vengo a contar mi terrorífica infancia y como mi madre es una heroína para mi hermano y para mí. Mi infancia estuvo condicionada desde muy pequeño por los sucesos que tanto se han dado a conocer en la TV. Sin embargo, me dolió en el alma que se ridiculizara así a mi madre y se formara un circo. No se dio a entender el miedo que pasábamos cada día, en nuestra propia casa”, empieza Jesús, uno de sus hijos.
“Nuestra vecina nos hizo la vida imposible para que nos fuéramos del piso, nos atemorizaba cada día. Ver a tu madre al límite de la cordura día sí y día también es algo que por desgracia sé”, recuerda. Ahora, con este contexto, otra de las frases estrella del vídeo original, “estamos afectados psicológicamente”, cobra mucho más sentido.
“Mi madre luchó cada día por mantenernos a salvo a mi hermano y a mí”, continúa, “recuerdo un día por la mañana que mi madre volvía de comprar y la vecina se le abalanzó y empezó a arañarle la cara. Mi madre pedía auxilio en medio del rellano, mientras yo la oía a través de la puerta. No podía parar de llorar y de sentirme impotente. Imaginaos a un chaval de 7 años y a su hermano de 3 años, donde cada día salía tu vecina con un cuchillo o un cubo de lejía a decirte que iba a matar a tu madre. Que en un descuido la iba a tirar por las escaleras, que fuera con ojo por la calle”, añade.
Al final, Jesús vivía con una profunda impotencia. Veía a su madre sufrir, y él no podía hacer nada. “Teníamos todos mucho miedo. Siempre recordaré hablar con mi madre mientras lloraba porque no podía más”. ¿La motivación de Vicenta? Echar a unos vecinos que tenía cruzados de su propia casa. Incluso llegó a convencer a otros vecinos para hacerles la vida imposible: “recuerdo una noche donde ella y algunos vecinos más nos estuvieron molestando toda la noche, tocando al timbre, tocando a la puerta, insultos, excrementos en la puerta. Llamamos a la policía, pero no hicieron nada because no vieron nada extraño”.
La historia acabó para Vicenta con nueve meses de prisión y una multa de 10.000 euros por acoso, sin embargo “la justicia fue demasiado lenta”, recuerda Jesús. Y no solo eso, “el circo mediático”, como en tantos otros casos, fue lo peor. “Asumo que mi madre es un meme nacional y no me importa. Me duele cuando la gente se burla de ella, pero entiendo que no lo hacen con maldad porque no conocen la historia completa”. Por eso, pide que se difunda su testimonio y la historia detrás del meme, la de “una mujer que defendió a sus hijos y luchó hasta el final para que no nos echaran de nuestra casa”.