‘Bienvenidos a Chechenia’, el documental que denuncia la purga LGTBI en Rusia
La región rusa de Chechenia lleva años perpetrando un terrible ataque contra los derechos humanos: una violenta purga contra las personas LGTBI. Así lo denunció en 2017 el joven gay Maxim Lapunov alertando que había sido arrestado, retenido en una especie de campo de concentración y torturado durante casi dos semanas. “Cada día me aseguraban que iban a matarme. Y me decían cómo”, dijo en la rueda de prensa en la que hizo pública esta realidad, que varias organizaciones de derechos humanos llevaban meses denunciando. Había personas LGTBI siendo perseguidas por las autoridades chechenas y, en algunos casos, incluso se había llegado al asesinato.
Ahora, el documental Bienvenidos a Chechenia del periodista de investigación estadounidense, David France, que ya está disponible en Movistar+, muestra al mundo esta infame crueldad cuyos orígenes son el odio, la intolerancia o la ignorancia. El retrato lo hace documentando el arriesgado trabajo que desde 2016 protagonizan varios activistas de la región para ayudar a las personas LGTBI en peligro a huir de Chechenia. Las opciones son escasas: quedarse en su casa y arriesgarse a vivir en un infierno o dejarlo todo y arriesgarse a ser detenidx por, simplemente, haber hecho caso al corazón. Se escoja la opción que se escoja, lo que está claro es que la región rusa está a años luz de ser un lugar seguro para las personas LGTBI.
“Tanto Putin como el primer ministro checheno Ramzán Kadýrov, odian a los gais. Está muy claro que esta violencia extrema en Chechenia es el resultado de la militarización de la homofobia por parte del presidente ruso en los últimos 15 años y de la conversión de este malestar en una repugnancia general hacia la comunidad LGBTIQ”, lamentó France en una entrevista con el medio The Objective sobre un odio sin límites que concuerda con algunas posturas que ha mantenido Kadýrov sin ningún tipo de tapujos. Por ejemplo, en 2016, cuando presuntamente comenzó la purga, pidió a la población participar en una limpieza de sangre a partir de la detención, tortura y ejecución de personas LGTBI. Desde entonces, la intolerancia y las detenciones no han cesado.
El gran control que tienen las autoridades chechenas sobre su población, ha hecho muy difícil la producción de este documental. Como contó a El País su director, usó una tecnología que le permitió ocultar la cara de 23 fuentes del documental. No es que les borrara el rostro, sino que les hizo adoptar las facciones de otras personas como si fuesen robots del futuro. “Es un método de protección y un modo de representar lo que están pasando en ese momento de sus vidas: tienen que estar ocultos y escondidos en su propio país”, detalló France al mismo medio.
Teniendo en cuenta el peligroso panorama que France se ha atrevido a exponer, no es de extrañar que el documental ya haya hecho ruido en la prensa nacional e internacional y que, además, a finales de abril fuese galardonado con el Premio Amnistía Internacional en la 18ª edición del Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia-San Sebastián. El jurado apostó por premiar la lucha por la igualdad y contra la discriminación del colectivo LGTBI que no debería detenerse nunca, por muy silenciados que quieran tenernos o por mucho odio que siga surgiendo.