Italia propone un impuesto a los perros de los turistas
No es ninguna noticia que lo del turismo se nos ha ido de las manos. Especialmente en algunos destinos masivos como Francia, España o Italia. Los precios de las viviendas se han disparado en las ciudades más visitadas de estos países a causa de la presión turística o los alquileres vacacionales. Los barrios están perdiendo su esencia para convertirse en espacios orientados a quien viene de afuera a echar unos días. Y encima algunas hordas de turistas llenan las calles de ruidos y residuos. Ante este panorama, los gobiernos han comenzado a imponer tasas turísticas a la gente, algo que en Italia consideran insuficiente: ahora también te cobran por tu perro.
En concreto, y como cuenta el periodista Miguel Jorge, quienes visiten Italia con su perro tendrán que abonar una tasa extra de 1,50 euros al día, lo que significa que la presencia de tu perro en unas vacaciones de una semana te saldría por 10,50 euros adicionales en total. No es mucho. Y así, además de recaudar dinero para beneficio de la ciudadanía, y que no solo se beneficien del turismo los cuatro empresarios de siempre, los ayuntamientos podrán dedicar más recursos a la limpieza de sus calles. Al fin y al cabo, un perro ensucia, por muy bien educado que esté, sobre todo porque se mea en la vía pública cuando quiere. Aunque la medida es más ambiciosa.
En palabras del propio Miguel, “el plan pretende financiar áreas verdes exclusivas para perros”, lo que estaría genial y le daría la oportunidad a la gente de hacer un turismo procanino. Dicho esto, hay mucha gente quejándose de la medida tanto dentro como fuera de Italia. Por un lado, dicen que en cierto sentido criminaliza a los perros, dando por hecho que van a ensuciar la vía pública cuando no tiene por qué ser así si sus dueñxs son muy atentxs y responsables. Por otro lado, hay una crítica más amplia alrededor de la pertinencia de meterle impuestos al turismo. Como siempre, hay gente liberal que cree que eso desincentivará las visitas y afectará a la economía.
Es un argumento difícil de sostener. ¿De verdad va a desplomarse el turismo si la gente tiene que pagar cuatro o cinco euros diarios entre su propio impuesto y el de su mascota? Es poco probable. Sobre todo porque unas vacaciones ya te suponen un desembolso de cientos de euros y meterle 25/30 euros más no debería ser decisivo. Al mismo tiempo, con estas tasas bien utilizadas se garantiza un mejor mantenimiento de los lugares visitados, lo que debería ayudar a que la gente siga yendo. Lo que está claro es que hay que hacer cosas. Ni Europa ni Tailandia ni Islandia pueden convertirse en museos vivientes para lxs turistas. El equilibrio es fundamental.