La gen Z encuentra la paz en un hobbie del pasado: coser

Funciona como una especie de mindfulness activo con el que desconectar de lo digital

Podrías contestar de mil maneras a la clásica pregunta de qué tal vas y todas serían válidas, pero hay muy concreta que te funcionaría en la mayoría de contextos de tu vida: saturadísimx. A veces estás de bajón y otras en modo euforia. Hay días que te sientes esperanzadx y otros en los que no le ves mucho futuro a las cosas. Semanas en las que te arrastras por la casa y semanas en las que vas full de energía. Pero la cabeza la tienes siempre saturada. Llena de cosas. De más y más estímulos. De series nuevas. De stories. De tiktoks. De memes. Uf, demasiado, es demasiado. Y como tú estamos todas en esta generación ultradigital. Quizás por eso nos atrae tanto la costura.

Una afición más trendy que nunca

Sería rarísimo que en los últimos años ninguno de tus colegas o gente cercana hubiese empezado a experimentar con lo de coser y tejer. Porque se ha puesto muy de moda. Y no es una percepción random. Como explica el periodista John Tones, el auge de este tipo de actividades manuales se ve en la multiplicación de talleres, en la presencia de cada vez más ferias dedicadas a ellas, en la proliferación de etiquetas relacionadas en las redes sociales y en la popularización de influencers famosas por su contenido sobre este tema. El ganchillo. El crochet. El bordado. La cerámica. La artesanía. Se están haciendo más trendy que nunca gracias a nuestra generación.

Y hay dos posibles explicaciones complementarias a este fenómeno. Por un lado, y como decíamos antes, este tipo de actividades frenan la mente un ratito. Son una especie de mindfulness activo. Sin el móvil en la mano, sin notificaciones y sin búsqueda permanente de dopamina. Estás tú, tus manos y una tarea muy específica. No hay pantalla de por medio. Y resulta que cuando te implicas en algo activamente tu cerebro comienza a disfrutar. Te concentras. Te surge bastante más creatividad. Y te proporciona un sentimiento de propósito muy agradable. Porque estás haciendo algo. Tú. No una persona random que no conoces al otro lado de tu smartphone.

Por otro lado, y como apunta Tones, está el tema de la autenticidad. Sí, hay una nostalgia rara, y decimos rara porque no se basa en lo vivido, sino en lo leído o escuchado, con esos momentos del pasado típicos de la época de tus abuelos en los que las cosas parecían más sencillas. O al menos menos sobresaturadas. En Estados Unidos lo llaman granny core y parece ser también una especie de rebelión: ya no quiero tu producto industrial vendido a través de Instagram, quiero algo que haya hecho yo porque lo siento mío. Lento. Personal. Sostenible. Es una declaración de intenciones de una generación agotada del sistema. Que ya no puedes más. Que quiere ralentizar la vida.

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