Stephen James, el modelo que lleva su personalidad escrita en la piel

El modelo internacional cuenta cuáles son sus puntos débiles y da consejos para llegar a la fama en el mundo de la moda
Ada Ramos

La lujosa terraza del Hotel Ohla de Barcelona aguarda la llegada de Stephen James, el modelo internacional famoso por tener el 80% de su cuerpo completamente tatuado y estar como un tren. Pero el inglés, de 27 años y torso escultural, tiene una parada previa antes de las entrevistas: la tienda JD Sports del centro de la ciudad condal en la que presenta la nueva línea de ropa de la marca deportiva SikSilk. El lugar es hervidero y un grupo de fotógrafos oficiales más dos guardaespaldas siguen su paso apresurado mientras más de  un centenar de fans lanzan gritos de incredulidad y hacen cola para conocer durante tres segundos al que algunos consideran “el hombre perfecto”.

La espera es larga y en ocasiones incluso agobiante, pero permite disfrutar del atardecer que se cuela detrás de los edificios más altos de Barcelona, una ciudad que, según el modelo, es “la mejor ciudad de España y una de las mejores de Europa, junto con Londres, por supuesto” como a él mismo le gusta recalcar.

La imperfección no está a la vista

Aislados de la locura de alrededor, una zona reservada con sillones sirve de 'oficina' para que los medios de comunicación entrevisten a Stephen James quien, según cuenta con una amplia sonrisa, disfruta de su vida en Barcelona yendo, por ejemplo, "de paseo al Tibidabo junto a sus dos perros". Además, hace solo algunas semanas que ha montado su propia tienda de tatuajes cerca del Arco de Triunfo donde ya tiene la mayor parte de los días de los meses siguientes reservados. Pero esta vida entre marcas de ropa y sesiones fotográficas, que según James le permite "ir pagando facturas", no es la vida que él se imaginó tener cuando era mucho más joven.

“No siempre había querido ser modelo, de hecho antes era jugador de fútbol profesional. Estaba aquí en Barcelona y un mánager de Elite Models Management, una agencia de modelos de aquí, se interesó por mí. Me adentré en ese mundo y nunca más volví a lo anterior”, cuenta el modelo justo al principio de la entrevista. Es más, su vida de esta manera le gusta, le hace feliz: “Todo lo que me ha traído esta vida de modelo ha sido increíble: trabajar con Madonna o con Irina Shayk son algunos ejemplos de ello”.

Mientras Stephen filosofa sobre su vida de éxito, es imposible no detenerse a observar como algunas de sus groupies se arreglan el pelo ante un espejo con la esperanza de hacerse una foto junto a él. Llevan varias horas esperando para tener una imagen al lado del que muchas consideran el hombre ‘perfecto’: “Es guapo, está tatuado, es tímido y muy educado. Sigo todo lo que hace en Instagram y me encanta su manera de ser”, contaban momentos antes entre risas nerviosas. Es por ello que para poder entender este amor incondicional la entrevista se convierte en el momento perfecto para conocer el lado que no está a la vista: cuáles son los defectos del modelo. Si es que tiene, claro.

“Por supuesto que tengo defectos. El mayor de todos ellos es que soy sumamente tímido. Muchísimo. De verdad. Increíblemente tímido. No se cómo hablar con chicas, es como si no pudiera hacerlo. Diría que ese es, sin duda, mi mayor defecto. Tengo muchos, claro, como todo el mundo pero el ser tímido es el mayor. Es casi como mi peor pesadilla pero este es mi trabajo y tengo que pagar las facturas de alguna manera, así que cada día me enfrento a ese defecto”, cuenta el modelo.

Según explica, a ese defecto habría que sumarle el que le reclaman por parte de la familia: “Mi madre se queja de que siempre estoy ocupado, es otro defecto, porque si hablo con alguien por teléfono nunca son más de 10 segundos. Hago el trabajo de diez personas, me gusta ocuparme al cien por cien de mi vida y no que otros la organicen, por eso siempre tengo que conocer todo lo que tengo que hacer al detalle”. 

Ser único y no una réplica es la clave de la fama

Como si de una ironía del destino se tratase, los gritos y los nervios de todos los seguidores de Stephen James demuestran de una manera gráfica que, para este modelo, llevar la vida ‘normal’ que intenta llevar no es del todo posible. Y este es, precisamente, uno de los puntos que menos le agradan al joven y con los que tiene que lidiar día a día: “La fama es muy complicada, sobre todo cuando tu objetivo no es ser famoso. Es lo que me pasa a mí, para mí todo es un negocio, incluso cuando hablamos de fotos en Instagram. Pienso en eso y pienso en dinero. Por eso dentro de este mundo para mí lo más complicado es la fama, porque no puedo disfrutar de la vida al 100%”, relata.

Aunque lo deteste, como buen tímido que es, Stephen vive cada día bajo la presión de las personas que quieren hacerse fotos con él: “No es cómodo tener que estar pendiente todo el rato con ello. Tampoco quiero quejarme porque esa fama me ha permitido tener la vida que tengo pero es que esté donde esté —Australia, Colombia, sea donde sea— alguien encontrará la manera de intentar hacerse un selfie conmigo o sacar una foto. También es porque con los tatuajes que tengo es muy fácil reconocerme, no hay forma de que me tape enteramente el cuerpo para que no se vea ninguno de mis tatuajes. Pero bueno, poco a poco vas encontrando la manera de moverte”, explica Stephen James con un aire de resignación.

Los tatuajes son, desde siempre, el hilo de su fama. Casi todo su cuerpo está tatuado y asegura que “jamás se tatuará la cara, porque con imágenes en el rostro no se podría trabajar junto a marcas de lujo”. Frida Kahlo, Dalí, la Reina de Inglaterra, Oscar Wilde o la Diosa Kali son solamente algunos de los personajes reconocidos marcados en su piel. “Cuando empecé era una de las únicas o de las primeras personas en estar modelando con el cuerpo con tatuajes. Incluso pude ser portada de Men's Health con el cuerpo tatuado. Nadie hasta ese momento lo había hecho. Para mí fue complicado empezar en la moda porque tuve que hacer un doble esfuerzo por destacar”, dice con el orgullo de quien desafió las convenciones de un mundo tan elitista y salió ganando.

Por algo Stephen James es uno de los modelos internacionales más famosos del planeta y es que, sin duda alguna, gran parte de sus logros se basan en no ser una copia del resto. Él es único y eso es lo que le ha hecho triunfar en el mundo de la moda, un espacio en el que muchos intentan triunfar y pocos lo logran: “Uno de los consejos que daría a alguien que quiera triunfar en la moda es que utilice su cerebro y no su físico. Al final siempre se quedará aquel que tenga personalidad y que vaya marcando su camino. Solo hay una Kate Moss, solo hay una Naomi Campbell y habrá cientos de chicas que se parezcan a ellas pero solo una original. Pienso que eso es lo mejor que se puede hacer, no seguir a un rebaño, hay que ser uno mismo. Quien trabaja en el mundo de la moda no busca réplicas, busca a una persona única, exclusiva”, concluye el modelo.

Aunque la belleza exterior y sus tatuajes sean la que los le han dado la fama, no hay duda de que James sabe perfectamente que es su belleza interior la que le ha hecho diferente al resto de caras guapas en el mundillo de la moda. 

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