La huella de carbono no es igualitaria: ellos contaminan más

Ellas cuentan con menos ingresos y pasan más tiempo realizando tareas del hogar que las alejan de los espacios de consumo
Motivos por los cuales los hombres contaminan más que las mujeres

Ni la huella de carbono es igualitaria. Al fin y al cabo, las circunstancias vitales de cada persona influyen en sus posibilidades de consumo, de transporte o de alimentación, y esto determina a su vez a la cantidad de gases de efecto invernadero que emite a la atmósfera. En este sentido, y según cuentan lxs investigadorxs Pilar Osorio, Manuel Tomás y María Ángeles Tobarra en una publicación para The Conversation, el sexo es una de esas circunstancias claves. En Suecia, por ejemplo y según los resultados de este estudio, los hombres emiten de media un 16% más que las mujeres. Y algo parecido ocurre en otros países europeos tan dispares como Alemania, Grecia o Noruega.

La pregunta es por qué. En palabras de estxs autorxs, “la brecha de ingresos resulta clave para entender por qué la huella de carbono de un hombre es superior a la de una mujer”. Después de todo, los estudios confirman que las personas con mayor poder adquisitivo tienden a ser más contaminantes que las personas con rentas bajas. Las primeras pueden viajar más, comprar más productos y contratar más servicios. Las segundas deben limitarse mucho más por causas de fuerza mayor. Y desgraciadamente las mujeres siguen estando muy por detrás de los hombres en términos de ingresos. Al menos en la mayoría de países del mundo y con contadas excepciones.

España no es una de ellas. “En un nuevo estudio publicado recientemente encontramos que los hogares formados mayoritariamente por hombres gastan un 9% que los hogares compuestos mayoritariamente por mujeres, lo que se traduce en una huella de carbono un 11% más elevada”. Aunque no es solo una cuestión económica. También cultural. Al parecer, y siempre según estxs investigadorxs, los españoles gastan más en transporte privado, en restauración y en hostelería, mientras que las españolas gastan más en alimentación y en el hogar. No obstante, haríamos mal en pensar que es una cuestión de preferencias. Porque hay factores sociales involucrados.

”En general, los estudios prueban que las mujeres pasan más tiempo dentro de casa y dedican más horas al día a los trabajos no remunerados del hogar en comparación con los hombres, que dedican más tiempo al trabajo productivo y remunerado”. Un panorama sexista que hace que ellas tengan menos dinero a su disposición y que pasen menos tiempo alejadas del hogar, donde la tentación de consumo se multiplica. En este sentido, concluyen Osorio, Tomás y Tobarra, resulta imprescindible estudiar y aplicar políticas que “aborden simultáneamente el cambio climático y la desigualdad de género”. Ambos problemas se encuentran estrechamente interconectados.

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