Los jóvenes nunca habían sido tan conservadores como ahora
Durante toda la historia moderna había habido una constante sociopolítica: las generaciones jóvenes eran las que más rebeldía mostraban, las que se ubicaban más a la izquierda en el espectro electoral, las que defendían un mayor grado de tolerancia hacia las minorías. Pero eso ha cambiado por primera vez. En España, y como explican el periodista Pablo Ordaz y el periodista de datos Borja Andrino, la gente joven es la que más está virando hacia las ideologías de derechas, hasta tal punto que “por primera vez, los menores de 30 se declaran más conservadores que los españoles en general”. Un panorama inaudito. Un punto de inflexión social.
¿Pero por qué? Lo primero es comprender la insatisfacción de la gente joven con la situación actual. Sí, los datos de las instituciones europeas y mundiales hablan de España como una locomotora de crecimiento macroeconómico, pero eso no está afectando positivamente a tu vida, como demuestra el hecho de que las dos principales preocupaciones de las personas de entre 18 y 29 años sean la vivienda y la economía. Puede que al país le vaya mejor que nunca, pero mucha gente joven se encuentra en una situación muy precarizada y sin perspectivas de futuro. ¿Cómo van a construirse toda una vida si no pueden pagar lo más elemental: una vivienda?
Esto hace que los discursos transgresores calen más. Y nadie los está explotando mejor que Vox en los últimos años, un partido que tristemente crece como la espuma. Y sí, de todos esos discursos, es el antimigratorio el que está calando más hondamente en el imaginario sociopolítico de lxs jóvenes, como demuestra que la inmigración se encuentre tercera en su lista de preocupaciones. “Que los inmigrantes reciben más ayudas, que vienen en tropel, que no se integran y que provocan sensación de inseguridad”. Son los argumentos clásicos contra una inmigración que, recordemos, es clave en la economía del país. Creencias que no se sostienen con datos.
El otro gran discurso de una ultraderecha que está atrayendo a la gente joven son los impuestos. De nuevo, son quienes piensan que pagamos demasiados, muy por encima de las generaciones más mayores. El problema es que nosotros no hemos vivido en una sociedad sin sanidad pública ni sin educación pública ni sin sistema de bienestar y es muy sencillo infravalorar algo que das por hecho. La realidad es que la vida en países más neoliberales como Estados Unidos no es ni mucho menos más feliz para la gente joven. En cualquier caso, está claro que nadie en los gobiernos está pensando lo suficiente en quienes arrancan su vida. Y eso da alas a los vendehumos.