Reino Unido impondrá a los menores de edad cursos para diferenciar el porno del sexo real

“Queremos respaldar a los profesores para que saquen a la luz esa misoginia y poder intervenir cuando aparezcan las primeras señales de alerta”

El acceso de los menores de edad a la pornografía se ha intensificado muchísimo esta última década a causa del móvil y la constante conexión a internet: ha bajado la edad a la que se consume por primera vez, ha aumentado la frecuencia de consumo semanal y ha crecido el consumo de vídeos pornográficos que incluyen vejaciones contra las mujeres. Algo que, como escriben estos dos trabajadores sociales en The Conversation, afecta a su manera de entender el deseo, el consentimiento y las relaciones afectivas. Y sí, prohibir el acceso es una opción muy poco realista. De ahí que el Reino Unido tenga otro plan: obligar a sus menores a recibir cursos de educación sexual.

En concreto, y como explica el periodista Rafa de Miguel, “con las nuevas medidas chavales a partir de 11 años podrán ser obligados a realizar cursos centrados en hacerles entender la diferencia entre la pornografía a la que tienen fácil acceso en sus teléfonos móviles y una relación”. Esto es clave porque ataca el principal problema del consumo de este tipo de contenido: el hecho de que, a falta de una educación sexual reglamentaria o familiar, los chavales asimilan todo lo que ven en él como la única referencia de lo que debe ser el sexo. En palabras del primer ministro, Keir Starmer, “muy a menudo las ideas tóxicas echan raíz muy pronto sin que nadie las cuestione”.

Unas ideas tóxicas que no se limitan a lo sexual. Sí, obvio que muchos chavales pueden ver distorsionado sus deseos si la única educación sexual que reciben es la que les ofrece el porno. Su vida sexual puede verse afectada para siempre. El problema está ahí. Pero es que hay otras ideas tóxicas proyectadas por el porno que influyen también en el trato de los chavales a las chavalas. Después de todo, el porno mainstream es profundamente machista y se centra principalmente en la utilización de las mujeres como objeto sexual casi sin voluntad. Crecer creyendo que el porno es la vida es fatal para la vida sexual y general de las mujeres. Contiene conductas desastrosas.

“Queremos respaldar a los profesores para que saquen a la luz esa misoginia y poder intervenir cuando aparezcan las primeras señales de alerta, antes de que se produzca el daño”, ha añadido el propio Starmer. Una preocupación que se ha visto acrecentada, dice de Miguel, por el éxito de la serie Adolescencia, la cual ha puesto sobre la mesa, de una forma muy dura, una realidad que parecía que no queríamos ver. Más específicamente, los cursos enseñarán a los menores a entender el consentimiento, a descubrir modelos de conducta positivos, a desmontar mitos sobre las mujeres y el sexo o a identificar el acoso. ¿Crees que debería implementarse algo similar en España?

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