Este rasgo de la personalidad podría convertirte en el mejor tipo de amante

Las claves están en una mayor atención a las necesidades ajenas y mucha más pasión en la vida
Tienes mayor atención a las necesidades ajenas

El por qué eres cómo eres depende de muchísimos factores distintos como tu información genética, tu nivel hormonal y de neurotransmisores, tu estructura cerebral y, por supuesto, tu aprendizaje cultural a lo largo de toda tu vida. En cierto sentido es una lotería. Y algunas personas salen mejor paradas que otras gracias a rasgos potencialmente más productivos. El carisma es uno de ellos, una combinación de simpatía e influencia que incrementa generalmente el éxito social, profesional y personal. Pero ahora varios investigadores de la Universidad de York, en Canadá, han descubierto que también ayuda a tener mejor sexo.

Tanto para las propias personas carismáticas como para quienes se lían con ellas. En palabras del psicólogo David Ludden en Psychology Today, "los investigadores encontraron que las personas carismáticas experimentan un gran deseo sexual y satisfacción sexual", pero también que "muestran altos niveles de fuerza comunitaria sexual en que estaban muy atentas a las necesidades sexuales de su pareja". Y tiene sentido, ¿no? Si dan prioridad a la diversión de la otra persona, esta estará más satisfecha y tenderá también a cuidar de las necesidades sexuales de las primeras. El resultado es un win-win, como debería ser en todos los casos.

Pero la maestría sexual de las personas carismáticas no procede únicamente de su tendencia natural a cuidar las necesidades sexuales de sus compañerxs, sino también de la pasión que ponen a las cosas. En general, la extroversión carismática contiene unas cuantas gotas de entusiasmo, una energía que atraviesa todo cuanto hacen estas personas. Y eso en el sexo tiene consecuencias. No es que haya que echar todos los polvos con la potencia de un rinoceronte, pero esa tensión, esa vitalidad, ayuda bastante. No es de extrañar "que sus parejas reporten altos niveles de satisfacción sexual y de relación". Es una bendición.

O al menos para las personas que son innatamente carismáticas. ¿Pero qué ocurre con quienes, en la lotería de la personalidad, no fueron premiados con este don para la vida y la recreación sexual? ¿Están condenadas a polvos mediocres y deseos insatisfechos? Según David Ludden, profesor del Georgia Gwinnett College, y en base a las investigaciones del psicólogo suizo John Antonakis, "las personas pueden aprender los comportamientos de un líder carismático". Nadie dice que sea sencillo ni que puedas pasar de introvertido a reina de la fiesta en dos semanas, pero los rasgos de personalidad no son estancos y pueden evolucionar.

¿Cómo? Practicando algunos de los comportamientos naturales de las personas carismáticas. Entre otras cosas, dice Ludden, "muestran sus emociones, tanto en sus palabras como en sus gestos, de tal manera que excitan a las personas que les rodean". Del mismo modo, y como indicamos anteriormente, estas personas escuchan y atienden las necesidades de quienes les importan. Por eso es importante tanto no esconder tus sentimientos como preocuparte por la felicidad de tu pareja. Y lógicamente el valor de esto va mucho más allá de cuán sabrosos son los encuentros sexuales. Son actitudes saludables que lo mejoran todo.

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