Cómo mantener relaciones con personas con valores opuestos

No es imposible, pero deberás valorar si merece la pena el esfuerzo en cada caso
Cómo mantener relaciones con personas con valores opuestos

Una de las cosas más bonitas de los amigxs es que se eligen. ¿Cuántas personas has conocido a lo largo de tu vida? ¿Cuántas de ellas podrían haberse convertido en personas importantes para ti? Y, sin embargo, elegiste a unas cuantas. Solo a unas cuantas: aquellas con las que compartes ciertos valores fundamentales. Esas son tus colegas. Por desgracia, hay muchas otras relaciones en la vida que no puedes escoger: las relaciones con tus padres, las relaciones con tus hermanxs, las relaciones con la familia de tu pareja, las relaciones con algunxs amigxs de tus amigxs o las relaciones del curro. Pero puedes superar ese conflicto de valores.

1. Escucha atentamente

¿Cómo? En primer lugar, guardando la actitud beligerante en el bolsillo. En palabras de la experta Samantha Smithstein en Psychology Today, "cuando compartas tus valores con esa otra persona, hazlo con calma, con honestidad y sin atacarle". Al mismo tiempo, debes adoptar una posición de escucha activa cuando le toque a la otra parte compartir su punto de vista. Nada de andar formulando mentalmente tu próximo argumento sin prestar atención a lo que está diciendo. Puede que derrumbéis unas cuantas murallas conceptuales o, en el peor de los casos, el respeto mutuo reforzará la conexión. Las diferencias no son letales.

2. La empatía: siempre por delante

En segundo lugar, tendrás que echar mano de la empatía. En muchos casos, el simple hecho de que elimines de la ecuación la actitud competitiva y escuches de verdad puede llevarte a comprender su postura un poco mejor. En otros, sin embargo, esto no ocurrirá y deberás ponerle contexto para entenderla. Como indica Smithstein, "es posible que puedas hacerlo si intentas ver qué hay detrás: tal vez crecieron en un entorno muy diferente o recibieron cierta educación". Por supuesto, las causas de un pensamiento no evitan que pueda ser erróneo o moralmente reprobable, pero conocerlas tiende un puente hacia la compasión.

3. Encuentra lo que os une

En tercer lugar, has de encontrar terrenos comunes entre ambxs. Porque esto es así: compartes cosas incluso con las personas con las que tienes menos que ver. Pero seguro. Sin ninguna duda. En ese sentido, el consejo de esta psicóloga es que "no te centres en las diferencias" y muestres una actitud activa para hallar aquello que puede conectaros. Algunas relaciones son más sencillas. Otras son más complicadas. Pero todas requieren cierto esfuerzo. Eso sí, buscar puntos en común es diferente de querer convencerle de tus opiniones para forzarlos. "No es saludable tratar de imponer tus creencias". Es el camino perfecto hacia el desastre.

4. Acepta tus límites

¿Nada de esto ha funcionado? ¿Lo has intentado pero la otra persona no pone de su parte? ¿Sí lo hizo pero el resultado sigue siendo desastroso? Aquí entra en escena el cuarto y último consejo de Smithstein: conocer y aceptar tus límites. Después de todo, tampoco tiene sentido dejarte la salud en reparar todas y cada una de las relaciones que hay en tu vida. Una cosa es no rendirse a la primera de cambio y otra darse cabezazos contra la pared una y otra vez. Arreglar tu mesa en lugar de tirarla y comprar automáticamente otra es bastante celebrable, pero si hagas lo que hagas no se mantiene en pie... es hora de continuar adelante.

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