Heteropesimismo: qué significa este término

¿Es posible que el amor hetero funcione?
’Heteropesimismo’ o por qué parece que el amor hetero jamás va a funcionar

Quizá uno de los últimos libros del panorama literario español que describe mejor el pesimismo en torno a las relaciones amorosas sea No todo el mundo, de Marta Jiménez Serrano. La autora construye un libro de relatos cortos que, aunque también incluye momentos radiantes y de luz, navega en el mundo de los desengaños amorosos y en la ilusión de creer que no somos como todo el mundo y que esta vez, sí, encontraremos el amor para toda la vida.

Esta sentimiento se ve reflejado en la palabra “heteropesimismo”, en boca de todo el mundo desde hace un tiempo. El término hace referencia a la decepción, vergüenza o desesperación ante las dinámicas de las relaciones heterosexuales. Fue acuñado en 2019 por la escritora Asa Seresin, quien lo definió como “la sensación de que las relaciones heterosexuales son inherentemente problemáticas, aburridas o incluso peligrosas”. Nos sentimos heteropesimistas cuando experimentamos un fatalismo enorme o desengaño afectivo por las relaciones hetero. ¿Es ya imposible tener una relación sana y plena con un hombre?

De alguna forma, Carrie y sus amigas en “Sexo en Nueva York” ya transmitían ese sentimiento en sus diálogos. Como ejemplo, estas palabras de Samantha que recuperan en Mujeres.es: “Escuchadme, el hombre perfecto es solo una ilusión. Empezad a vivir vuestras vidas”. Otra de las frases que resumen a la perfección el heteropesimismo es la manida frase: “Todos los hombres son iguales. Ninguno vale la pena. Ojalá me gustaran las mujeres”.

¿Cuáles son las razones para que esta palabra haya cogido tanta fuerza? Según cuenta a mujer.es Laura Arévalo Saiz, psicóloga en el Instituto Terapéutico de Análisis de la Conducta (ÍTACO) y experta en estudios de género, el feminismo nos ha hecho subir los estándares de pareja que durante siglos básicamente ni existían. “Tal vez no es que ahora seamos más exigentes en el momento de estar en pareja, sino que para las mujeres heterosexuales nuestros ‘mínimos’ durante siglos han sido inexistentes”, añade Arévalo.

El choque entre el ideal y la realidad

El choque llega cuando después de esta revisión vemos que los cambios son lentos, y por eso aparece el pesimismo. Los patrones del amor romántico, alimentados todavía por la cultura y omnipresentes en nuestra sociedad, es una de las claves del heteropesimismo.

Es un amor lleno de estereotipos, que encorseta el cómo tenemos que sentirnos y que todavía es la guía amorosa para muchos hombres. Los avances en feminismo abrazados por muchas mujeres pueden hacernos sentirnos frustradas al ver que algunos hombres no han llegado allí.

En los factores por los cuales las relaciones de pareja parecen tan complicadas también juegan “las aplicaciones de ligue, las redes sociales, la falta de educación en responsabilidad afectiva y sexual, la salud psicológica, las jornadas laborales, la precariedad”, explica la psicóloga.

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