Parece haber un plan infalible para salvar el Ártico: el vidrio

El ritmo al que avanza el calentamiento en esta zona del planeta es el doble que en el resto, con lo cual algunos científicos buscan soluciones poco convencionales para frenar el deshielo
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El calentamiento global es uno de los principales problemas de nuestro planeta. En algún momento ha preocupado a alguien que conoces e incluso puede haberse convertido en tu principal objetivo de vida: ayudar a que no ocurra y no siga evolucionando a su fatal final. Parecía que durante el confinamiento algo había parado pero nada más alejado de la realidad. Nuestra huella es una de las principales culpables de que esto ocurra y ahí están los científicos y los ecologistas estudiando qué hacer para solucionarlo. Es en este punto cuando entra en juego la creatividad: algunos científicos están probando métodos poco convencionales para detener el deshielo del Ártico, una de las consecuencias más directas del calentamiento global.

Como explican desde la BBC, “una de las características más importantes del hielo marino del Ártico es que esta superficie cegadoramente blanca refleja la luz solar”. Esto ha hecho que esos inmensos trozos de hielo actúen como una gigantesca sombrilla que ha estabilizado el clima y ha ayudado a mantener el planeta en el que vivimos con una temperatura habitable, al menos en gran parte de él. El problema, como hemos comentado con anterioridad, es que el calentamiento global está haciendo que el hielo se derrita y se transforme en agua que, al ser más oscura, absorbe la radiación y no la refleja. Es un bucle imparable.

Este pasado julio se registró la menor cobertura de hielo hasta la fecha, así que los investigadores  de Artic Ice Project se han puesto manos a la obra y han desarrollado lo que creen que podría ser una solución: esparcir una capa fina de vidrio molido sobre el hielo para protegerlo de los rayos del sol y así ayudar a que se regenere y que deje de derretirse. La directora del proyecto, Leslie Field, explicó para la BBC que sería una solución para “detener el círculo vicioso y comenzar un proceso de recuperación”.

El hecho de que el hielo se derrita contribuye, cómo no, al aumento del nivel del mar lo cual, a su vez, altera los patrones climáticos a nivel global. Todo esto tendría como consecuencia, por un lado, inundaciones, por otro, sequías y largas olas de calor, como algunas que ya hemos vivido. El material pensado y utilizado para hacer pruebas ha sido sílice u dióxido de silicio, un compuesto que se encuentra en la mayoría de las arenas y se utiliza para fabricar vidrio. La idea es que las esferas midan 65 micrómetros, es decir, más finas que el pelo fino de una persona. Las esferas serían huecas por dentro para que puedan flotar en el mar y así seguir haciendo que rebote la luz solar y no derrita el hielo.

El estudio aún no está cerrado y sigue poniéndose a prueba ya que esta solución podría ser un problema para los seres vivos de esta zona. Por ejemplo, el plancton fotosintético se sirve de la luz solar y no podría existir con este método. Habrá que ver si consiguen dar con una solución que sea ecológicamente más segura a todo los niveles.

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