Gucci se arrepiente y retira un jersey racista

Gucci retira un jersey que recuerda a la época de la esclavitud
Gucci

La mente es infalible: si ves jersey de cuello alto negro con una raja roja a la altura la boca, piensas rápidamente en el "blackface", el maquillaje que usaban los actores para representar a los esclavos antes de que los negros pudieran ser actores en Estados Unidos. Piensas también en las cabalgatas de Reyes grotescas que pintan a cualquiera de negro para simular los rasgos de Baltasar en lugar de contratar a un actor negro. Y piensas en la dichosa canción de nuestra infancia: "Yo soy aquel negrito del África tropical que cultivando cantaba la canción del Cola-Cao...". Ya sabes, el racismo interiorizado e instalado en nuestra cultura.

En definitiva, piensas en un pasado colonial y denigrante. El problema es que Gucci ha diseñado un jersey de lana exactamente así: negro, de cuello alto y con una raja roja a la altura de la boca por donde puedes asomar los labios. La prenda, de la colección otoño-invierno, estaba a la venta en tiendas y en línea por 890 dólares. Y, como era de esperar, Twitter se ha acordado rápidamente del mono de Prada que ya generó polémica en diciembre y les ha caído la del pulpo. Es por ello que la marca ha tenido que retirarlo, pedir disculpas y asegurar que su empresa defiende la diversidad.

El jersey estilo "blackface", para colmo, fue lanzado a una semana de la celebración del Mes de la Historia Negra en Estados Unidos, un período de reflexión y reivindicación de un pasado discriminatorio del que todavía no se ha acabado de desprender celebración del Mes de la Historia Negra. Precisamente, el maquillaje "blackface" al que recordaba el dichoso jersey se popularizó en el siglo XIX en el sur de Estados Unidos, donde los esclavos trabajaban en las plantaciones. En 1960, el Movimiento por los Derechos Civiles logró que se prohibiera porque era claramente una forma racista de representar a la población negra.

Para colmo estos mismos días Adidas también ha tenido que retirar unos zapatos considerados racistas. Aunque las empresas de moda, tan importantes para construir nuestros referentes visuales, sean capaces de corregir, esperemos que pronto empiecen a pensar en la inclusión de forma natural porque se arriesgan al boicot de una clientela cada vez más dispuesta a poner límites. Da igual que sea Gucci, Adidas o Prada, todas ellas deberían aprender que hay temas con los que no se puede pretender hacer negocio. 

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