Somos la generación de la doble crisis y no sabemos cómo salir de esta

El turismo, el sector del cual depende entre el 16 y 18% del PIB de España, se va a hundir. Nunca hemos vivido un parón económico tan grande y se viene con malas noticias del nivel del 2008
Archivo personal

A los pocos días de empezar el confinamiento, a Toni le anunciaron que empezaba un ERTE. A las pocas semanas, todavía más malas noticias: era muy probable que el hotel en el que trabajaba cerrase. “Hotel pequeño, situado en la carísima Passeig de Gràcia de Barcelona… sin clientes no puede pagar el alquiler", recuerda este joven. En efecto, unos días después les comunicaban el cierre de su hotel. Y así, miles de personas en todo el país.

"Adiós al máster que iba a cursar, no me lo puedo pagar", lamenta. Era solo un paso más en su carrera: está especializándose en los efectos del cambio climático en el turismo. "Aunque ahora el sector turístico no sé cómo va a quedar, no sé si debería tirar por este camino… está muy mal y no sé cuándo se recuperará". Sin duda, el turismo es uno de los sectores más tocados por el confinamiento del COVID-19. Y eso son terribles noticias para la economía española: “entre el 16 y el 18% del PIB de España depende del turismo”, explica el economista y periodista Yago Álvarez, @EconoCabreado en Twitter, donde divulga sobre economía. Pero el trauma que amenaza a toda la generación no tiene que ver solo con este sector.

La cultura no levantará cabeza

Aunque tenemos pocas certezas sobre el mundo post-coronavirus, que se viene una crisis es una de ellas. Todavía no conocemos sus efectos, pero todo apunta a que serán nefastos. Como afirma Álvarez, “la crisis que vamos a sufrir ahora va a ser peor que la del 2008. Nunca hemos vivido en la historia de la economía un parón tan bestial económico de oferta y demanda. Es un shock económico sin comparación”. Y quienes tratan de entrar al mercado laboral volverán a sufrirlo, igual que los treintañeros lo vivieron una década atrás. Ellos, ahora, se llevan el segundo mazazo a su carrera. El paro juvenil ya ha llegado por el coronvarius al 33%. En 2009, fue del 40%.

Además del turismo, otros sectores muy tocados van a ser la cultura, el periodismo o el editorial, que no se recuperaron tras la crisis del 2008 y que están, desde entonces, en estado de precariedad. “Va a costar mucho levantarlos porque, de hecho, de la crisis del 2008 no salimos, hicimos una salida en falso. Sobre todo, en la Unión Europea, que apostó por la austeridad y por poner el déficit por encima de todo, lo cual se tradujo en recortes que están precarizado nuestras vidas”, añade Álvarez.

Alimentados de contratos temporales

Una de las muchas formas en las que se traduce esta precariedad es la temporalidad de los contratos que, a su vez, se reproduce más entre los jóvenes, según detalla Carlota Serra, periodista y economista. Es decir: muchos jóvenes se han quedado sin empleo de la noche a la mañana porque sus contratos no garantizaban un derecho tan mínimo como es el de la continuidad laboral. “Ahora, gran parte del drama será ver si las empresas que están en ERTE, cuando salgan de esta situación, podrán volver a reabsorber todos estos temporales parados, la mayoría de los cuales pertenecen a la franja de edad de los 20 a los 35”, asegura.

Alejandra, barcelonesa de 24 años, es uno de estos miles de jóvenes con un contrato de falso autónomo que se ha quedado sin empleo. Recién graduada en comunicación audiovisual, tras un año de prácticas acabó de cámara colaborando con una subcontrata para agencias de publicidad y comunicación. En cuanto el sector de la publicidad se ha quedado sin trabajo, han dejado de llamarla. Y sin paro, por supuesto, porque no tenía un contrato, estaba establecida como autónoma, aunque trabajaba siempre para la misma empresa. “Voy a denunciar a mi empresa para que me reconozcan como trabajadora, aunque esto quizá se alarga hasta dos años”.

Medidas lentas y de contención

“Me invade la ansiedad porque el futuro es incierto, pero el presente es todavía peor. No tengo fuerzas para preocuparme por todo”, reconoce Alejandra, que no sabe si llegará a final de mes y tampoco tiene planes a largo plazo. Toni reconoce que está “muy jodido”, aunque tiene amigos que “lo están muchísimo más” porque ni han recibido el dinero de los ERTE.

Serra cree que, aunque muchas medidas gubernamentales han sido las adecuadas, no están llegando a tiempo. “Hay gente que en lo que llevamos de mayo todavía no ha cobrado el paro por ERTE. ¿Cómo se van a mantener muchos hogares? Faltan, por ejemplo, medidas y rapidez para ayudar en el alquiler. En muchos casos se está gestionando directamente entre alquilados y propietarios, cuando sería necesaria la participación del Gobierno para ayudar a ambas partes. Además, el tejido empresarial español es pequeña y mediana empresa y autónomos. Las medidas para protegerlos no están mal, pero están llegando tarde”, asegura.  

El gobierno está sosteniendo la economía, para que no se hunda más, pero las medidas para salir de la crisis y reactivar la economía todavía están por ver”, asegura Álvarez. Según el economista, “España tiene un problema”, y es que está enfocada al turismo y con una industria de muy poca calidad, comandada por los países centroeuropeos como Alemania. “Por eso España sufrirá tanto la crisis: gran parte del PIB depende del turismo, y la hostia que se va a pegar este verano va a ser brutal”.

España “no puede eliminar el turismo ni dejar de ser un país de turismo” pero sí que puede “eliminar es el sobrepeso del turismo en la economía”, asegura. ¿Cuál es la receta de Álvarez? “Tenemos que crear una economía pública fuerte, con áreas como sanidad o servicios sociales sin recetas de austeridad, y que se conviertan en motores económicos. También invertir en industrias nuevas como las renovables, que dejamos de lado, u otras nuevas como la tecnología, el big data o incluso el cannabis medicinal, una industria que está creciendo muchísimo y que en España podría implantarse. Por otro lado, repensar toda la industria: qué podemos aportar, más que simplemente producir lo poquito que nos ha dejado la deslocalización de la industria española”.

La negatividad que se viene

“Me acuerdo cuando mi hermana, que ahora tiene 33 años, salió de la carrera. Todo era negro, nadie pensaba que pudiera trabajar de nada. Le decían que emigrase o que no trabajaría nunca. Era una de las primeras graduadas tras la crisis del 2008… y ahora me da miedo verme en la misma situación. Tengo mucho miedo”, asegura Alejandra, aterrada por la crisis que se avecina. Carol, su hermana, pertenece a la generación que “se ha visto afectada por dos grandes recesiones en el transcurso de una década, algo sin precedentes”, como explica el sociólogo Esteban Sánchez Moreno en un artículo de El País.

Es una generación que se siente perdida y empobrecida. Cuando acabaron la carrera creían que un sueldo de mileurista era inalcanzable, y cuando sentían que ya se estaban poniendo a la altura de países como Alemania y Holanda, volvió a caer otra crisis, la del Covid-19, acabando de destruir la moral del país. "El trauma seguirá aunque la economía mejore", asegura el sociólogo Max Holleran. Lo único que podemos hacer ahora mismo, aunque sea pesimista, es esperar malas noticias, y en especial para los jóvenes, que todavía no nos habíamos recuperado de la precariedad y se nos viene otra encima que parece que será todavía más dura.

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