Gender reveal: las absurdas fiestas en las que los ricos anuncian el género de sus bebés

Helicópteros, cocodrilos y tiros al aire... han llegado a provocar un incendio forestal que dejó 190 kilómetros de bosque calcinado y una víctima mortal. Son peligrosas y promueven roles de género caducos
'Gender reveal party' con fusil | Instagram

Primero las bodas. Luego apareció la moda de las pedidas de mano espectaculares, gente que lo hacía de forma exageradamente pomposa: ya no era suficiente apoyarse en una rodilla y enseñar un anillo que costó cientos de euros. Ahora también tenías que gastarte 6.000 euros en reservar un parque de atracciones para, después de una lluvia de pétalos, pedirle matrimonio a tu pareja un ejemplo verídico. Hasta surgió un nuevo tipo de wedding planner, lxs proposal planners, que organizaban todo este innecesario fiestón.

Pero si sigues a influencers ricos en Instagram, seguramente ya te has dado cuenta de que, como las pedidas de mano espectaculares se han vuelto tan mainstream, hay una nueva tendencia: las gender reveal party, es decir, las fiestas en las que se anuncia el género del bebé. La primera fue en 2008, cuando la bloguera de maternidad Jenna Karvunidis encargó una tarta blanca cuyo interior era rosa o azul, color que indicaba el género del bebé, y se descubría al cortarla. Era una forma simple, mona y diferente de enterarse del género y compartirlo con tu familia.

La idea se hizo viral en los blogs de maternidad de Estados Unidos. Pero, lo que empezó como un pastelito asequible y fácil, poco a poco, fue escalando hasta niveles absurdos. Después de los pasteles vino el confeti de colores. Después, las flashmob como si estuviéramos en 2010 todavía…. Pero después llegaron las locuras, las gender reveal party de miles de dólares. Por ejemplo, el rally que se hizo en Nueva York, donde los coches, que iban a toda velocidad, sacaban humo de colores. O con petardos gigantes que cubrían el cielo. O la pareja que se tiró en paracaidismo y el paracaídas anunciaba el género. Incluso en Louisiana hubo una que involucró un cocodrilo.

Obviamente, a medida que escalaba la espectacularidad de estas fiestas, también lo hacía su peligrosidad. La primera víctima mortal se registró el año pasado en una fiesta donde, en teoría, tenían que disparar a un objetivo que soltaría humo de colorines e indicaría el género del bebé. Pero cuando el rifle tocó el explosivo, más que humo salió una bola de fuego de color azul ¡enhorabuena es un niño! que provocó un incendio que acabó con la vida de la abuela del futuro bebé y con 190 kilómetros cuadrados de terreno forestal calcinado.

Eso no impidió que siguieran con estas fiestas absurdas que se han convertido, como las proposal party, en un símbolo más de estatus: cuanto más gastes, mejor. Hace poco, por ejemplo, la influencer española Desahogada hizo viral la gender reveal party del multimillonario Gianluca Vacchi, que contrató un helicóptero para que fumigase de color rosa su jardín, gastándose miles de euros para anunciar que tendría una hija a pesar de que hace unos años fue embargado por una deuda de más de 10 millones de euros la misma cantidad de followers frente a la que presumió de fiesta en Instagram.

Pero estas fiestas no solo son problemáticas por absurdas y peligrosas. Como explica Karvunidis, la creadora, en The Guardian, “en 2008 no sabíamos tanto sobre roles de género”, y ahora le parece que ya hemos superado la idea de “rosa para niñas y azul para niños”. Incluso, en plena época de la crianza de bebés de género neutro y la sensibilidad trans, hacer este tipo de fiestas es, casi, antifeminista, porque perpetúa unos roles que, “siendo sinceros, están ya bastante anticuados”.

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