Un faloculturista nos explica lo que hace para aumentar el tamaño de su pene

Técnicas como el ‘jelqing’ o el ‘hanging’ prometen aumentar la longitud y circunferencia del pene sin pasar por quirófano. Pero, ¿qué opina un andrólogo al respecto?
Youtube

Luigi Domenico es un chico canario al que 22 millones de personas le han visto medirse la polla con un metro de costura. Es lo que se conoce como un ‘faloculturista’ y una de sus actividades favoritas es relatar a través de 22 millones de personas y su web 22 millones de personas las técnicas y aparatos que ha utilizado durante los últimos tres años para lograr un pene bien hermoso. “Nunca he tenido un micropene ni nada por el estilo, simplemente quería mejorar en este asunto y me puse a buscar en internet”, apunta desde el otro lado del teléfono mientras explica que la comunidad faloculturista —literalmente hombres que se dedican a muscular sus falos— está muy asentada en el mundo anglosajón. Su principal foro, 22 millones de personas, cuenta con más de 350.000 miembros, es decir, casi medio millón de tíos mostrándose y midiendo sus espadas láser. Pero para contrastar tanto 'crecimiento milagroso' hemos consultado a un médico andrólogo que se ha echado las manos a la cabeza con lo que viene a continuación. 

El caso es que Luigi —un pseudónimo que utiliza este emprendedor y nómada digital— es todo un experto en la técnica del ‘jelqing’, unos movimientos a modo de masaje con los que, con el tiempo y la constancia, se supone que se obtiene un agrandamiento del pene de varios centímetros. “Es un movimiento de 'ordeñamiento', similar al que se hace con las ubres de una vaca. Con la mano en posición de ‘ok’ se ordeña el pene desde la base hacia el glande logrando que los cuerpos cavernosos y el tejido esponjoso se llenen de sangre y respondan al estrés”, dice a la vez que dice que “con esta técnica se gana principalmente en grosor” y que él consiguió aumentar en torno a 2,5 o 3 centímetros la circunferencia de su pene. Y, antes de que lo pienses, te diré que no. No es una paja. La técnica siempre se realiza en un estado de semierección, a un 70% de la capacidad total del pene.

Masajes, aparatos y pastillas milagrosas

Los tutoriales de Luigi ordeñando un consolador o aplicando sus técnicas en su propio pene tampoco tienen pérdida. Además de didácticos son bastante entretenidos porque suelen incluir todos los gadgets que usa para hacer crecer su pene rodillos, bombas de succión, anillos, etc lo que provoca que, por momentos, parezcan sacados directamente de las entrañas del PornHub. “Hice vídeos grabando la evolución mi miembro. También hice otro vídeo intentando introducir mi pene en el agujero del papel higiénico. Me parece una de las pruebas más gráficas y convincentes que puedo ofrecer porque se aprecia el grosor y el cambio que ha sufrido”, cuenta convencido de la validez y efectividad de su método. Pero por muy grueso y firme que se vea su miembro, él mismo reconoce que en el mundillo del alargamiento de penes hay que tener mucho cuidado.

Existen prejuicios debido a que hay mucho fraude. En internet hay demasiadas personas intentando vender pastillas milagrosas para aumentar ocho centímetros la longitud del pene y cosas por el estilo. Estos individuos se aprovechan de la inseguridad de los hombres y han dado mal nombre al sector”, afirma Luigi asegurando que “el máximo que se puede ganar son 3-5 centímetros empleando extensores más de seis horas al día durante al menos un par de años”. De hecho, si lo que uno persigue es alargar su pene, lo que recomienda es el hanging, es decir, colgar peso del pene para estirarlo. Una técnica extrema que él mismo desaconseja a los principiantes: “El hanging trabaja los ligamentos de suspensión por lo que da muy buen resultado pero es mucho más arriesgada y solo la recomiendo a personas que hayan entrenado previamente su pene”.

Una técnica cargada de contraindicaciones

Llegados a este punto se hace indispensable consultar a un profesional de la salud para confirmar si las técnicas de Luigi son el mejor camino hacia una carrera de éxito en el porno o la sala de urgencias de un hospital. “Cualquier técnica que suponga un estiramiento que genere microtraumas en el pene puede conllevar problemas como, por ejemplo, la enfermedad de La Peyronie que crea una curvatura del pene que acaba por impedir lo que se quería obtener”, explica el andrólogo de lamicrotraumas en el pene, Daniel Moreno, que desaconseja tajantemente cualquiera de estas técnicas y advierte de que “no tienen ninguna validez si nos basamos en la literatura científica publicada ni tampoco eficacia clínica probada”. En cuanto al uso de extensores, bombas de vacío y otros utensilios utilizados por la comunidad faloculturista, el experto asegura que “únicamente se usan en la fase postoperatoria de algunos pacientes para evitar retracción del pene fibrosis, no para aumentarlo”.

De hecho, el doctor Moreno advierte que en el caso de extensores, que estiran el glande y habría que llevar largos periodos de tiempo cada día durante al menos un año, son aparatos realmente incómodos que en ocasiones “recuerdan a los instrumentos de tortura medieval”. Sin embargo, las críticas de los expertos no son algo que impida que la comunidad faloculturista continue creyendo en que sus penes se están musculando con cada masaje. “Hay miles de testimonios de usuarios que han experimentado enormes ganancias de tamaño aplicando el jelqing y yo doy fe de ello. El hecho de que yo decida mostrarme en persona y la evolución que he obtenido es la prueba más gráfica que puede existir.  Es más, aunque los expertos se muestren reacios a dar su visto bueno, existe literatura científica que reconoce sus efectos”, insiste Luigi quien me hace llegar un artículo científico de la revista Journal of Urology.

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Aunque efectivamente el artículo recoge un estudio piloto realizado en la Universidad de Turín en el que los pacientes habían obtenido ganancia en centímetros después de utilizar extensores durante un periodo de seis meses, el Dr. Moreno sigue mostrándose muy crítico recalcando que incluso en el artículo “se detallan las complicaciones que suceden por un mal uso de los extensores y que son muy perjudiciales” y concluye que “los individuos del estudio presentan dismorfofobia de su pene y son capaces de utilizar y comprar cualquier aparato para resolverles un problema que ellos piensan tener”. Aquí es donde reside la base del problema: ¿por qué esa obsesión de los hombres por el tamaño de sus penes?

El derecho de todos los hombres a tener pollón

Para el faloculturista, la respuesta tiene mucho que ver con nuestra autopercepción y la confianza en uno mismo. “Tanto a los hombres como a las mujeres nos gusta sentirnos sexy. Para mí tener un buen pene me hace sentir más masculino de igual manera que una mejor que se opera los senos puede sentirse más femenina. No se trata de pensar que tener ese par de centímetros te hará mejor en el sexo, sino que podrían hacer que te sientas mejor con tu cuerpo. Pongo la mano en el fuego de que al 80% de los hombres les gustaría tener el pene más grande”, sentencia Luigi que concluye señalando que, al final, lo que uno haga con su pene debería ser una decisión personal: “Vivimos en el siglo XXI y todos los hombres y mujeres que se quieran sentir más sexis modificando su cuerpo deberían poder hacerlo sin ser objeto de burla o de los prejuicios ajenos”. 

Está claro que con más de 265.000 suscriptores en su canal de Youtube, hay muchos que confían ciegamente en los argumentos de este gurú del agrandamiento genital. Y son libres de hacerlo, evidentemente, ya que como Luigi recuerda, “a más de uno le ayuda pensar que su ‘problema’ tiene solución”. Sin embargo, tras escuchar la opinión del andrólogo resulta evidente que invertir los 200 euros que suele costar un extensor de pene, los 100 euros de una bomba de vacío, o aplicar las técnicas del jelqing o el hanging que se detallan en sus vídeos, no parece algo demasiado recomendable. Funcionen o no, algo que parece imposible de concluir si no es a través de la experiencia directa, las posibilidades de provocarte una lesión en el pene son más que reales y, ante esta perspectiva, lo más prudente es dejar a nuestro miembro tranquilo. Además, existen formas de ejercitarlo mucho más saludables y que no necesitan un tutorial en Youtube. 

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