China prohíbe definitivamente la cría de perros y gatos para su consumo

Ahora, la prioridad es la anulación del festival anual de Yulin en el que se sacrifican miles de animales y que, según la costumbre, debería celebrarse en tres semanas
Humane Society International

Basta echar una ojeada a Instagram, o a cualquier parque de tu ciudad a última hora de la tarde, para darse cuenta de que los perros y los gatos se han convertido en los ‘nuevos hijos’ de la generación millennial. Los paseamos, les creamos cuentas en Instagram y se nos llena la boca al comentar lo ingeniosos y cukis que son. En un mundo cada vez más individualista y en el que la posibilidad de formar una familia parece cosa de unos pocos aventureros, las mascotas han llegado para cubrir ese vacío emocional de una generación maltratada por las crisis económicas, el desempleo, la falta de expectativas, etc. Todo ello va unido a una conciencia cada vez mayor por la causa animalista y la filosofía vegana que ya no es cosa de unos pocos, sino una opción tan común y extendida que no hay local en el que no se oferte la alternativa vegana de rigor.

Es por ello que la muerte y consumo cada año de 10 millones de perros y 4 millones de gatos en China nos pone los pelos de punta. Por lo que sea, no podemos imaginar que esa bolita de pelo que habita junto a nosotros acabe siendo despellejada, destripada, cocinada y servida en algún restaurante o puesto callejero del gigante asiático. Conscientes del gran rechazo que generaba en el mundo occidental el consumo de estos animales de compañía, el Ministerio de Agricultura de China acaba de anunciar la prohibición de criar a perros y gatos en granjas para su posterior consumo alimenticio y, por tanto, ha dejado de considerarlos especies de ganado para ser consideradas únicamente como animales de compañía o trabajo. En la misma lista, también se ha dejado de considerar especies de consumo a las serpientes y lagartos. 

“La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura FAO no incluye a los perros entre el ganado en sus estadísticas. Con el paso del tiempo, las ideas de la gente sobre el civismo y los hábitos alimenticios han ido cambiando constantemente, y algunas costumbres tradicionales sobre los perros también cambiarán … hoy en día, los perros tienen otros usos, reflejados en las funciones de animal de compañía, de ayuda policial en rescates y búsqueda o de acompañar y guiar a los invidentes, y tienen una relación más cercana con los seres humanos”, detallaba el comunicado del ministerio chino que ha sido aplaudido por organizaciones animalistas como PETA que ha calificado la decisión como “paso monumental en la dirección correcta”.

Ahora, la prioridad según estas organizaciones es la anulación del festival anual de Yulin en el que se sacrifican miles de estos animales para su venta y consumo y que, según la costumbre, debería celebrarse en tres semanas. Mas allá del consumo de estos animales, que algunos comparan con el de otros animales como cerdos o res, los 10 días de festividades suponen, según las organizaciones que llevan denunciando el evento durante décadas, que los animales estén expuestos a todo tipo de maltratos incluyendo prácticas como la tortura o el hervido en vivo que, supuestamente, mejoraría el sabor de la carne. Ya en en 2016 votaron a favor de una propuesta legislativa de Zhen Xiaohe, diputado del Congreso Nacional del Pueblo de China, para prohibir el comercio de del Congreso Nacional del Pueblo de China

De hecho, el consumo de carne de perro en pleno 2020 es algo minoritario, ampliamente rechazado por las nuevas generaciones y reservado a algunas áreas concretas del país. Sin embargo, esto no impide que la decisión tomada por el Gobierno chino deba ser entendida como una victoria y un primer paso hacia una legislación más amplia para garantizar el bienestar animal tanto en animales domésticos como en ganado así como la protección de especies exóticas que continúan siendo vendidas en mercados como el de Wuhan, supuesto origen de la pandemia de Covid-19. Puede que todavía estemos muy lejos de una verdadera conciencia animalista en gran parte del planeta, pero es evidente que el impulso que la cuestión ha tomado en Occidente está dando sus frutos en el resto del mundo. 

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