Adolescencia, seria candidata a serie del año

Un drama criminal asfixiante que pone sobre la mesa las insoportables presiones que sufren muchxs jóvenes

Podría ser esta. Podría ser la serie del año. Y no solo porque en estos tres primeros meses no haya irrumpido nada especialmente destacable, sino también porque Adolescencia es una especie de puñetazo en toda la cara que te deja medio mareadx mucho tiempo después de haber engullido sus cuatro episodios. Una obra de las que siembra debate allá por donde aparece. Una obra madura que ni termina de acusar ni termina de defender. Un retrato de una adolescencia violenta y desgarradora. De una adolescencia que no es tan anecdótica ni está lejos de la de mucha gente en el mundo. La tienes que ver.

¿Que cuál es el meollo de la cuestión? Philip Barantini, el autor de aquella adrenalínica Hierve de 2021, nos cuenta en Adolescencia la historia de una familia dinamitada completamente por el arresto de su hijo Jamie Miller. Y no por supuestamente tirar unos petardos en la vía pública o robar un videojuego en la tienda de la esquina. No. Está acusado de asesinar a una compañera de clase. Y esta es la vuelta de tuerca de la serie: que no se trata de un asesinato enmarcado dentro de un contexto de pobreza y marginalidad. Que es un delito que proviene de quien no esperas que provenga.

Por eso la serie puede contemplarse como una auténtica serie de terror para quienes tienen hijos o hermanos pequeños. Porque muestra cómo la más absoluta de las locuras puede originarse dentro de entornos que en apariencia parecen estructurados y estables. Como una familia normal puede autodestruirse casi de la nada. Es, al mismo tiempo, y con cuidado para no meterte ningún spoiler, una radiografía de las exigencias y de las presiones que padecen lxs adolescentes en este siglo XXI de tantísima exposición social y digital. Y la narrativa y el guion son excelsos, pero no son lo mejor.

Lo mejor de Adolescencia es la valentía técnica. Sí, quien decidiera que la serie debía grabarse toda ella en una toma continua es un genio que merece un ascenso. Y no porque la técnica sea innovadora. Tiene más años que una tortuga. La genialidad está en aplicarla a una historia que se beneficia una barbaridad de esa asfixia y ese control que ejerce sobre los personajes. Es maravilloso. Un uso nada banal de la técnica. Ah, y el plano de la interpretación es sublime. Es comprensible que a Barantini le obsesione tanto trabajar con Stephen Graham porque es un actorazo inconmensurable. ¿Por qué sigues aquí?

Preferencias de privacidad