¿Las relaciones con diferencia de edad están condenadas al fracaso?

Cuanto más grande sea la brecha de edad, más posibilidades hay de que las cosas puedan no salir bien

Siempre han existido y, a nuestro alrededor, conocemos muchos casos de éxito. Pero también sabemos de muchas personas que han tenido relaciones, más largas o más cortas, en las que había una diferencia de edad marcada que no han funcionado. En parte, por las diferencias que, al fin y al cabo, existen entre dos personas que han nacido en dos momentos muy diferentes. ¿La diferencia de edad es un factor que aumenta las posibilidades de ruptura? 

Hay muchos tipos de diferencia de edad. No es lo mismo llevarte dos años de diferencia con tu pareja que siete, o que diez. Es difícil establecer un número límite a partir del cual se pueda decir que la brecha se hace más notoria, pero sí que es cierto que a partir de los 10 años de diferencia es cuando es más probable que se note. Aunque también puede notarse y mucho cuando la diferencia sea de cinco o seis años, lo cierto es que la brecha de 10 años marca casi una diferencia generacional, ya que implica que ambas partes de la pareja han nacido en una época muy diferente. Por lo que hay más posibilidades que los referentes culturales, los gustos y las expectativas vitales sean bastante distintas. 

Otro dato importante es la experiencia. Dejando de lado todo el tema de las relaciones de poder que se puede establecer en una pareja donde la diferencia de edad es acentuada aunque no es indispensable que haya diferencia de edad para que se pueda establecer una relación de poder, lo cierto es que siempre hay una parte de la pareja, la que tiene más edad, que ha vivido más y ha podido “experimentar” más. En cambio, la parte más joven puede que se haya metido en esa relación cuando justo empezaba a experimentar con diferentes rollos o solo ha tenido una pareja.

Todo esto puede generar a la parte más joven la sensación de que se está “perdiendo cosas”, o que sus objetivos vitales en ese momento no son los mismos. Como sea el caso de que una de las dos partes tenga ganas de salir y ver mundo, trabajar fuera, mientras que la otra, como ya lo ha hecho, prefiera asentarse en un sitio. La diferencia de edad siempre acabará influyendo en la perspectiva vital y en los planes de futuro, uno de los principales motivos por los que se produce una ruptura: que a largo plazo no se tengan los mismos planes.

Aunque por fortuna de muchxs, no compartir los mismos planes de futuro es algo que no solo depende de la edad de tu pareja, sino también de su manera de ser y de cómo mira el mundo. Asimismo, el fomo por si te estás perdiendo otras relaciones o deberías experimentar más parece ser algo que no solo depende de la edad de tu pareja, sino de ti mismx. Por no decir que, con las apps de citas, esta sensación se ha acrecentado. 

Por lo tanto, decir que una relación con una gran diferencia de edad está condenada al fracaso no es del todo incorrecto. Hay muchas más probabilidades de que pueda salir mal, no nos engañemos. Pero por suerte, el amor no es una ciencia exacta y lo que a unxs no les funcionó a otrxs puede que sí. Por lo que sí que hay motivos para creer que la relación puede avanzar y llegar a buen puerto. ¿Vosotrxs qué pensáis?