No es posible amar demasiado, lo que haces es querer mal

Puedes sentirte extremadamente feliz y en un estado completo de tranquilidad que puede ser adictivo y, por tanto, alejarte no solo de ti mismx si no de tus otras relaciones sociales

Estábamos todo el día pasando el tiempo juntos. De la cama a la cocina, de la cocina a la cama. Lo que empezó como un rollo luego se convirtió en una relación. No hacíamos nada más que estar encerrados, ver películas y amarnos. Llegamos al punto de abandonar todo nuestro entorno para solamente centrarnos en nuestra relación. Nos amábamos 'demasiado' pero, ¿es esto posible? ¿Podíamos ser demasiado felices? Seguramente teníamos una idea equivocada de lo que era la felicidad y de lo que era el amor porque a partir de esa unión empezamos a perder el contacto con nuestro entorno y también con nosotrxs mismxs. El lazo alcanzó una profundidad tal que nos olvidamos de cuidar nuestra individualidad.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Recuerda.

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Desde Psychology Today explican que las personas más felices tienen también más salud, trabajo y amor que las infelices. Si tienes energía positiva y predisposición, las tareas, las actividades y los objetivos fluyen mejor: "Por lo tanto, las personas que experimentan los niveles más altos de felicidad son las más exitosas en términos de relaciones cercanas, no obstante aquellas que experimentan niveles ligeramente más bajos de felicidad son las más exitosas en términos de ingresos y educación", argumentan.  

Al igual que la felicidad, el amor también es positivo y necesario, pero es importante detectar el amor 'demasiado' bueno para evitar que se vuelva dañino, adictivo y obsesivo: que os haga perder todo eso que teníais y que hizo —al fin y al cabo— que os enamorarais. Los expertos explican que, en resumen, el amar "demasiado" provoca que el amor y la vida choquen: "Un ejemplo es cuando la relación se interpone en el camino de otras actividades valiosas. Si la profundidad del amor nos lleva a descuidar tales actividades, entonces podemos decir que este amor es "excesivamente" profundo", detallan.

Cuando nuestra relación terminó, nos dimos cuenta de todo lo que habíamos perdido. Amistades, distancia con la familia y ninguna de nuestras pasiones floreciendo. Habíamos fusionado tanto nuestras personalidades y nuestra rutina que, en soledad, no teníamos nada. Esto es una demostración de que, no es positivo amar demasiado, al menos no de la manera que nosotros lo hicimos. "En el amor profundo, el deseo de estar con el amante está cercano de la obsesiva necesidad que impulsa la adicción", explican los expertos. En realidad, tampoco se trata de que sea "demasiado", sino que está mal enfocado.

Hay que entender bien la idea de "cuanto más, mejor". Por poner un ejemplo entendible: el sexo puede ser una experiencia maravillosa, pero la adicción al sexo es negativa y necesita ser tratada, como cualquier adicción. Justamente por ello, la intensidad con la que se vive el amor debe controlarse porque si llega la adicción podemos no solo perder de vista nuestros intereses propios sino también estar ciegxs a los defectos de la pareja. Desde Psychology Today detallan: "Cuán apropiado, entonces, es que Cupido, el dios romano del amor, sea representado como un niño con los ojos vendados, mostrando gráficamente que los amantes, especialmente los jóvenes, pueden ser ciegos a las imperfecciones o la inadecuación de alguien a quien aman".

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Y tú, ¿tienes sentimientos?⁠ ⁠ Traducción de @steinbergdrawscartoons⁠

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Así pues, tienes que estar atentx a comentarios como "no pude evitarlo: estaba tan enamorado de ella", ya que indican que estás orientando mal tu forma de querer, que no tiene la restricción que facilita el crecimiento personal y, en casos extremos, puede conducir a la posesión y a la dominación. El amor intenso y profundo es bueno, siempre y cuando recordemos que el amor no es todo lo que necesitamos en la vida. Los Beatles estaban equivocados.