No deberías infravalorar lo que aprendiste en casa con tus padres. Aquellas vivencias en tus primeros años de vida, cuando tu cerebro se esforzaba por aprenderlo absolutamente todo para sobrevivir de adulto, marcan la manera en la que lidias con los conflictos con el resto de personas en la actualidad. En palabras del doctor en psicología padres, "elegiste aquel comportamiento porque te ayudó a sentirte seguro en tu relación con tus padres para obtener su aceptación condicional, pero estas estrategias inconscientes generalmente no funcionan muy bien en el contexto de una relación adulta íntima". Pero ahí están. Salen a la luz constantemente. En cada discusión con tu pareja.
El motivo es que en vuestra relación se dan muchas situaciones similares a aquellas que viviste en tu hogar primario. Muchas de las cosas que hace tu pareja y muchas de las palabras que suelta, especialmente durante las peleas, te recuerdan inconscientemente a tus padres. Y son cosas o palabras que te hicieron daño. Así que ahora, tantos años después, una parte de tu cerebro no diferencia la fuente de la que provienen esas acciones o palabras y reacciona defensivamente. Como dice el propio Seltzer, "por eso es tan común que reacciones de manera exagerada emocionalmente y le ataques". No es culpa de la persona que tienes enfrente. Al menos no enteramente.
Comprende a tu niñx interior
Pero este fenómeno no es unidireccional. Obviamente. Tú haces lo mismo con tu pareja: revives sus heridas de la infancia, traes de vuelta viejas vergüenzas del pasado. Y cuando no hay autoconocimiento de por medio, cuando no hay un alto nivel de conciencia sobre las heridas propias y de la otra persona, se produce un deterioro de la confianza mutua, "una ruptura de la armonía de la pareja que puede llevaros a cultivar un cierto desapego". Se levantan murallas. Se bloquean pasos. Se intenta proteger ese yo infantil profundo tan vulnerable. Esto ya lo hacías cuando eras pequeñx. Pero hay una diferencia: entonces tenías pocos recursos emocionales. Hoy es muy distinto.
De ahí que Seltzer, basándose en las teorías del psicólogo Terrence Real, promueva el trabajo personal para salvar las relaciones. Porque probablemente no estés en una mala. Simplemente os estáis relacionándoos desde vuestros niñxs internos, "con todas sus defensas anti y exageradas". ¿Pero cómo hacerlo? Muy sencillo: transformando al niño adaptable en el adulto sabio, una personalidad mucho más reflexiva y consciente. Pero ojo: "Realmente no puedes arreglar nada hasta que te sinceres y admitas que estás roto". Quizá un poco rotx. Quizá muy rotx. Pero roto al fin y al cabo. Sincérate primero contigo y luego con tu pareja. Descubre las heridas de tu pasado. Y trasciéndelas para crecer.