La fórmula de Pareto, la regla económica que se puede aplicar a tu relación para que dure

Exigimos a nuestra pareja que esté siempre al 100%. Pero ni en economía se lo plantean: dedicando un 20% podemos conseguir el 80% del bienestar

A medida que van avanzando los años acumulamos tantos enamoramientos como decepciones románticas. Empezamos emparejándonos sin demasiadas expectativas, y en algunos casos intimamos tanto que llegamos a creer que el amor será para siempre. Pero, al final, y aunque nos duele, suele romperse. Así lo asegura, más allá de la experiencia de la mayoría de nosotros, la estadística. Como explicábamos en un artículo anterior, España, con una de las ratios más altas de Europa, tiene siete divorcios por cada diez bodas. Pero, aun así, nos seguimos enamorando, casando y jurándonos que será para toda la vida. ¿Hay alguna fórmula científica que nos asegure el éxito romántico, que nos permita ser la excepción?

El enamoramiento dura 18 meses

Es la pregunta que se hizo José Manuel Rey, profesor de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense de Madrid. “En la naturaleza existe el impulso amoroso, que tiene una función reproductora, pero en general no implica estar juntos de por vida. En cambio, los seres humanos occidentales sí creemos en general en el amor para siempre. Pero el enamoramiento es un proceso bioquímico que suele desaparecer al cabo de unos dieciocho meses”, explica en The Conversation.

Y, aun así, queremos intentarlo. No hemos tirado la toalla. Y Rey tampoco. Por eso, ha mirado en su campo de especialización, la economía, para encontrar una fórmula que permita construir un amor que se prolongue en el tiempo. “Si el matrimonio fuera un producto, con su tasa de fallo del 50% hace tiempo que habría quebrado en un mercado competitivo. Por lo tanto, con el amor no basta, es necesario poner esfuerzo.”, asegura. Para calcular cuánto esfuerzo hay que poner, el economista propone aplicar la mejora de Pareto a nuestra relación.

El 20% de los esfuerzos da el 80% de los resultados

Las teorías económicas de Vilfredo Pareto, en resumen, explican que "el 20% del esfuerzo genera el 80% de los resultados", como explica el economista Héctor Fernández en un artículo. Aunque nacen para explicar conceptos socioeconómicos, tienen una aplicación en nuestro día a día y, por lo tanto, en nuestras relaciones: lo más importante, entonces, es que un 20% del tiempo sea de calidad, porque determinará el ánimo y el bienestar del 80% del tiempo en pareja. 

¿Qué quiere decir esto? Se puede interpretar de diferentes formas. Como añade Fernández, supone que un 20% de los esfuerzos que hagas con tu pareja determinarán gran parte de vuestra felicidad. Por lo tanto, currarse y cuidar bien a tu pareja durante momentos muy determinados los que previamente hayas identificado como los más eficientes, hará más que estar siempre a su lado de forma rutinaria. Pone el ejemplo un cumpleaños o un funeral. Si siempre actúas como en estos eventos importantes, en los que tienes detalles muy monos para que la otra persona se sienta bien, reportarás más beneficio a largo plazo que estar siempre al lado de forma monótona. O, por ejemplo, si sois de ir a cenar fuera o de viajar, dedícate para que esos momentos sean tan intensos como para irradiar felicidad en el resto del tiempo.

Relaja tus demandas en tu pareja

La fórmula de Pareto supone un esfuerzo, sí. Pero ya lo advierte Rey: pasado el enamoramiento, toca trabajarse mucho la relación. Su lectura del 80-20 es diferente, aunque va por el mismo camino: “la lista de necesidades y aspiraciones que la otra persona debe procurar resulta, a menudo, muy exigente: amante, amiga, compañera, confidente, cómplice, ayudante, acompañante, animadora… Parece necesario disminuir tanta demanda, sin que eso suponga una disminución de bienestar”. Es decir, no podemos pretender que nuestra pareja satisfaga el 100% de nuestras necesidades, tenemos que saber fraccionar las expectativas.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Una publicación compartida de Código Nuevo @codigonuevo el

Ahí juega, de nuevo, la ley 80-20, que no solo recomienda que uses ese 20% de tus esfuerzos para ser todo eso que necesita tu pareja, además te pide que no exijas a tu pareja que tenga todo el peso de tu bienestar: el 80-20 también se aplica a tus necesidades contigo mismo. ¿Cómo? Por ejemplo, analizando las cosas que te fallan de tu pareja porque nadie es perfecto y que menos te gustan, e intentando encontrarlas en otras partes, para que no te sientas vacío. 

Esto es aplicable a cualquier “error” que detectes en tu relación. Si a ti te gusta el montañismo y al otro no, ¿por qué tiene que gustarle? Búscate a otros compañeros que te permitan satisfacerlo. O, ¿que tu pareja es muy pasiva y casera? Pues rodéate de gente más activa. Al final, lo importante es no pensar en lo que no te puede dar tu amor sino en lo bueno que solo tu pareja te va a dar. “Se trata de que ser más modesto en los requerimientos que debe satisfacer la pareja y externalizar –usando un término empresarial– otras necesidades o aspiraciones. De ese modo, […] se disminuye la presión sobre la pareja, se alivia el esfuerzo de sostener la relación y se mejora su expectativa de éxito”, concluye. 

En este punto es donde encuentras la curva de la optimización de Pareto: usa el 20% de tu tiempo libre que no tiene por qué ser un 20% exacto, es una cifra simbólica que representa ese pequeño tiempo, pero de calidad, que puedes dedicar para que el resto de cosas funcionen para suplir esas necesidades que tienes y que tu pareja no va a satisfacer nunca. Estos "fallos" que deberíamos dejar de ver como un detonante de ruptura y entenderlos como huecos para rellenar con otras personas, porque invertir bien el tiempo en ti mismo facilitará que el 80% restante vaya bien.