Qué es el edging: una técnica para incrementar tu disfrute sexual

Consiste en frenar tu orgasmo o el de tu pareja antes de llegar al punto de no retorno para maximizar la intensidad de las sensaciones

¿Acostumbradx a masturbarte con el orgasmo entre ceja y ceja? ¿Enfocas el sexo con tu pareja o con otrxs compañerxs sexuales como una carretera inevitable hacia la corrida? Quizás deberías experimentar el edging. Según explican desde orgasmo, "es la práctica de llevarte a ti mismx o a tu pareja hasta el borde del orgasmo y luego retroceder: en otras palabras, la idea es provocar a tu pareja sin permitirle llegar al clímax". Y sí, suena como una tortura innecesaria. Como una putada en toda regla. Pero tiene muchísimo positivo que ofrecerte.

El proceso mola mucho

Como un mayor placer. Piénsalo: el orgasmo mola, pero también mola disfrutar del proceso. Y si el proceso dura más añades placer a la ecuación. No hay más misterio. Además, "cuando realizas el edging estás aumentando la estimulación, haciendo que las sensaciones físicas sean mucho más intensas y satisfactorias". No solo tendrás más minutos de disfrute, sino que el disfrute será además espectacular. Y eso suena muchísimo mejor que ir directxs al orgasmo como autómatas. Además, con el edging también acabas llegando al mismo.

Y con muchísima más potencia. Como dicen desde este mismo medio, "cuando practicas el edging estás esencialmente molestando a tu pareja hasta que siente que no puede soportarlo más y luego, cuando finalmente alcanza el punto del orgasmo, la demora prolongada de la gratificación ha provocado que cada terminación nerviosa de su cuerpo esté preparada para una explosión de placer". Hay orgasmos y orgasmos. Y puedes ir a lo fácil y seguro o puedes ir a lo desafiante y explosivo. Tú decides qué quieres llevarte a la boca.

Método 'luz verde, luz roja'

¿Eliges orgasmo a lo bestia? Entonces tienes que conocer las técnicas disponibles. "Por ejemplo, y para las personas con pene, puedes usar el método de comprensión: detienes todo movimiento y agarras el pene de tu pareja para evitar que eyacule". Así tantas veces como desees antes de liberar su orgasmo. Y para las personas con vagina, el edging pasa por "estimular el clítoris lo más levemente posible y luego alejarse justo cuando comienza a llegar al clímax". Lo que está claro es que esta práctica requiere un alto grado de comunicación.

Desde Poosh recomiendan el método de la luz verde y la luz roja. "Cuando tú o tu pareja os estéis acercando al punto de no retorno, simplemente debéis decir 'luz roja' para que la otra persona sepa que habéis llegado al límite y detener el orgasmo. Una vez os hayáis relajado, decid 'luz verde' para que proceda con una estimulación suave". Es un juego de dos. Un juego de control de lo más excitante. Ah, y no te rayes: el edging es tan saludable como cualquier otra forma de actividad sexual. Disfrútalo sin preocupaciones.