Los peligros de ser demasiado similar a tu pareja

Ser un poquito parecidxs aumenta la atracción. Ser muy parecidxs aumenta la competitividad

Unx amigx te habla de una tercera persona que ha conocido recientemente y que, supuestamente, es bastante similar a ti. Está entusiasmada: con mucha alegría te dice que tiene tu mismo sentido del humor, tu misma inteligencia analítica, tu mismo enfoque conceptual y tus mismos valores morales. Que sois idénticxs. Que estáis hechxs para enamoraros y vivir una maravillosa existencia juntxs. Y tú, aunque algo incrédulx, porque te sientes muy únicx en el mundo, comienzas a contagiarte de esa emoción. ¿Y si de verdad sois tan parecidos? Podrías encajar a la perfección. Podrías tener una relación megasaludable y estimulante. O al menos eso es lo que suele pensarse popularmente.

Y algo de verdad hay. Como asegura la especialista Wendy L. Patrick en un artículo para Psychology Today, “efectivamente, la investigación corrobora el hecho de que, en muchas circunstancias, la similitud es atractiva: el terreno común crea conversación y química” puesto que “las conexiones se basan en intereses, objetivos y pasiones comunes”. De hecho, agrega esta experta, “demasiada discrepancia inhibe la atracción” entre dos personas. Ese rollo de que los contrarios se desean no tiene base científica. La realidad es que la similitud suele jugar un papel muy importante en el flow romántico-sexual. No obstante, hablamos de una pizca de similitud. Demasiada puede ser negativa.

¿Muy parecidos? Puede ser peligroso

Esa es la conclusión de un estudio realizado por científicxs de la Koc University de Estambul. En palabras de Patrick, “uno de los hallazgos más interesantes fue que las personas desean interactuar con otros que les complementan, pero no con otros que amenazan su sentido de autoevaluación”. Es decir, que te mola la gente que se parece un poco a ti, porque encontráis puntos comunes de charla y entendimiento, lo cual te hace mejorar como persona, pero no te mola la gente que es demasiado similar porque activa tu sentido de competitividad y te puede llegar a hacer sentir que eres insuficiente. Estás mejor con personas que no incomodan tu posición. Es retorcido pero cierto.

Los resultados del estudio concuerdan además con las premisas de la teoría de la comparación social que, según dice Patrick, parafraseando a uno de los autores del mismo, Zeynep Cemalcilar, “sugiere que las personas buscan mejorar su propio sentido del autoestima al participar en una comparación ascendente con otros que son similares a ellos pero hasta cierto punto”. Hay cierta comodidad en relacionarte con personas que sientes que son mejores que tú, “pero si percibes que son demasiado superiores puedes sufrir una deflación de tu ego”. Algo que es más fácil de pensar con gente cuyas virtudes son las mismas que las tuyas. ¿Parecido a ti? Perfecto. ¿Muy parecido? Muy mal asunto.