Condenado a ocho meses de prisión por quitarse el condón sin consentimiento durante un polvo

La práctica del stealthing expone a la víctima al embarazo y las enfermedades de transmisión sexual

La primera parte del guión de esta historia es de sobra conocida: un match, una quedada para tomar algo y un 'subamos a mi casa a follar que estamos que nos follamos con la mirada'. Por desgracia, la segunda parte tampoco es precisamente una obra maestra de la fantasía: ella manifiesta tajantemente que solo tendrá relaciones con condón, él accede y, un par de posturas más adelante, con el semiocultamiento que ofrece un buen doggy style, elimina el preservativo de la ecuación sexual. ¿El resultado tras despejar la X? Toda una denuncia por stealthing que bien vale una condena de ocho meses de cárcel y 3000 euros de multa.

Así lo ha decidido un tribunal de Berlín. El agresor, un policía alemán de 37 años, mandó un sms a la víctima reconociendo que su "comportamiento fue idiota". Cansada de tantas excusas, del clásico 'mejor pedir perdón que pedir permiso', denunció sin contemplaciones, tras lo cual la fiscalía acusó al stealthinger de violación al considerar que sabía que "las relaciones sexuales sin protección iban en contra de su voluntad" y que, en Alemania, violar la voluntad de una mujer a participar en cualquier acto sexual es automáticamente un crimen sexual. Es el llamado principio 'no' significa 'no'. Entre dos y cinco años de cárcel pedía la fiscalía.

Sin embargo, y tras el fallo del jurado, el juez encargado del juicio decidió rebajar la sentencia de violación a agresión sexual. Bajo su punto de vista, solo merecía castigo la omisión del preservativo, no la penetración sin preservativo en sí misma. Como ha explicado a El Español Maja Wegener, directora de la asociación en defensa de los derechos de las mujeres Terre des Femmes, "no estamos hablando de una violación propiamente dicha, pero sí una práctica sexual que se ejerce contra la voluntad de la mujer, una agresión sexual que si recoge en el artículo 177 del Código Penal". Una agresión bastante trivializada.

Por eso es tan importante que, al margen del castigo, el stealthing esté siendo condenado en los tribunales. El de este policía es el primer caso en Alemania, pero en 2017 ya fue condenado otro hombre en Suiza a doce meses de cárcel por quitarse el condón durante el polvo sin permiso de su pareja sexual. Expone a la víctima al embarazo, a las enfermedades de transmisión sexual y, como confirmó a través de unas entrevistas a mujeres víctimas del stealthing la jurista Alexandra Brodsky, les hace experimentar una "grave violación" de su "dignidad y autonomía". No más stealthing. No mola, pero es que además es un delito.