La generación Z es la que más falta al trabajo (y no es malo)
Tus abuelxs tenían que estar muy pero que muy jodidxs para faltar al trabajo. Incluso tus padres. Preferían sufrir lo insufrible, aguantando la jornada laboral con fiebre o con un dolor de cabeza aberrante, antes que dirigirse al despacho de sus jefxs para decirles aquello de oye no me encuentro bien y me voy a ir a casa para descansar. Incluso la gente de la generación milenial actúa así la mayor parte del tiempo. La presión y el miedo les frena de ejercer su derecho a una baja por enfermedad. Algo que no le ocurre a la generación Z. O al menos en menor medida que a ninguna otra generación anterior: sus integrantes son los que más faltan al trabajo. Están impulsando el cambio poquito a poco.
Y así lo reflejan los datos. Conforme pasan los años y los centennials van penetrando en el mercado laboral aumentan las bajas. Para que te hagas una idea, y según datos de la plataforma de recursos humanos Dayforce, de los que se hace eco la revista Business Insider, “las bajas por enfermedad aumentaron un 55% en 2023 en comparación con 2019 entre las empresas que utilizan sus servicios en los Estados Unidos”. Pero con crecimientos desiguales: el aumento fue del 16% entre los mayores de 35 años y del 29% entre quienes tienen 35 años o menos. Es evidente que el talento profesional joven no está tan dispuestx a sacrificarse ferozmente por las empresas para las que curran.
Más tiempo de vida personal y no tanto laboral
En palabras de la economista Liz Wilke, “hay un cambio generacional que busca equilibrar la vida laboral y cuidar de uno mismo y creo que la gente está protegiendo un poco más su salud e imponiendo algunos límites entre su vida profesional y personal”. Y eso es digno de celebrar. Sobre todo si tenemos en cuenta que buena parte del incremento de las bajas por enfermedad responden a problemas de salud mental. Sí, lxs trabajadorxs previos también sufrían estrés extremo, ansiedad incapacitante, crisis nerviosas y depresión, pero no lo tenían tan sencillo para plantarse en recursos humanos y expresar que necesitaban parar unos días. La sociedad ha cambiado. Por suerte para todxs.
No es una simple percepción. Según datos de ComPsych, proveedor de programas de asistencias a los empleados, “los permisos relacionados con la salud mental aumentaron un 300% entre 2017 y 2023”. En parte, teorizan lxs especialistas de la psicología, debido al impacto que tuvo la pandemia en la concepción individual y colectiva de la importancia del bienestar mental. Ahí aprendimos qué es lo realmente importante. Y no es el trabajo. En ese sentido, esa podría ser otra de las explicaciones de todo este fenómeno: la generación Z no tiene la vida profesional en lo más alto de su cima de prioridades. La ven más como un instrumento para vivir la vida que quieren más allá de ella.