Cómo dejar un trabajo sin descartar la opción de volver: ¿es posible?
Estamos en un mundo agitado laboralmente, donde cada vez es más frecuente cambiar de trabajo, de empresa e incluso de sector. Pero, incluso cuando te marchas de una empresa que no te paga bien o donde haces un trabajo que no te acaba de gustar, el cambio da cierto miedo. ¿Y si allá donde voy estoy peor? ¿Y si no cumplo con las expectativas? Por eso, aunque a veces estés enfadadísimx con la empresa que dejas, es mejor dejar la puerta abierta a volver que dar un portazo.
Lo explicaba estos días la revista Elle con un reportaje en el que daba varios consejos. El primero de ellos es el de quedarte con los buenos recuerdos y el segundo, el de no sorprender a tu jefe. Antes de pasar por recursos humanos, claro, hay que hablar con tu superior de tu marcha e intentar que pueda tener un tiempo para encontrar a alguien. Desde Código Nuevo añadimos que muchas veces recomendar a un buen sustituto puede dejarte en buen lugar.
El lenguaje importa y mucho
Con buen tino, Elle defiende que no intentes explicar lo que debe mejorar la empresa una vez ya te estás yendo. Desde Código Nuevo añadimos que en tus reuniones de despedida seas lo más asertivx posible. Usa términos como “cambiar de aires”, “probar cosas nuevas” o, si el problema es el sueldo, deja claro que te ofrecen más dinero por si te quieren hacer una contraoferta. Puedes hablar de “cerrar un ciclo”, de “nuevas oportunidades”, pero intenta evitar términos como que estabas “quemadx”, “estancadx” o explicar cosas que no te gustan de la dinámica. Recuerda: lo de desahogarse y quedarse a gusto guárdalo para lxs amigxs.
Mantener el contacto con la empresa es una buena forma de mantener esa puerta que tal vez te hace falta tener para no perder las opciones de regresar, e incluso puedes apostar por una solución cada vez más socorrida: pedir una excedencia y garantizarte que dentro de un año podrías volver a la empresa si os encajara. Antes, eso sí, pregúntate si es lo que quieres.
Formarse, por último, es siempre una buena opción, pero más aún si crees que la empresa en la que estabas era ideal pero no te permitía proyectarte. Adquirir nuevos conocimientos, un título y una experiencia fuera puede hacer que se te valore incluso más que cuando estabas dentro. No sería la primera vez que alguien se va de una empresa por la puerta de atrás y vuelve para cobrar más que cuando se fue o con un cargo relevante. Al fin y al cabo, la empresa muchas veces prefiere contratar personas que ya conoce, sobre todo si han funcionado.