The Rise Of The Robots: ¿Los Humanos Seremos Necesarios En La Nueva Revolución Industrial?
Martin Ford y Jerry Kaplan son dos emprendedores de Sillicon Valley que han centrado su carrera al desarrollo de nuevas tecnologías. Kaplan, por ejemplo, fue el que provocó la creación de las tablets al desarrollar la pantalla sensible al tacto, y ahora están reflexionando acerca de cómo los avances tecnológicos van a afectar a la economía y al trabajo. Han escrito los libros, The Rise of The Robots y Humans Needs Not Apply, en los que investigan la inminente revolución tecnológica que está por venir.
Lo que Ford remarca en The Rise of the Robots es que el desarrollo de los ordenadores ha excedido nuestras expectativas. En su inicio, un ordenador sólo era capaz de hacer aquello para lo que había sido programado. Hoy, hay sistemas que han evolucionado de tal modo que podríamos decir que "piensan": son capaces de generar programas para sí mismos e incluso interesarse por el mundo exterior y formular teorías al respecto. Vamos, que los sistemas operativos, según Ford, "han excedido el control -y la comprensión- de aquellos que los diseñaron".
La pregunta que nace de todo esto es: ¿qué van a ser capaces de hacer todos estos sistemas? Durante la primera revolución industrial, los trabajadores fueron sustituidos por máquinas porque estas no se cansaban ni solicitaban salarios. Hoy en día, existe un desarrollo tecnológico suficiente como para crear robots que puedan producir comida rápida, servir mesas, recolectar fruta, reponer estanterías o separar residuos. Y que lo harían de forma mucho más eficiente y rápida que cualquier persona. Y sin necesitar descanso ni altas en la Seguridad Social.
Pero no sólo los puestos de trabajo que no requieren personal cualificado están en peligro. La capacidad de analizar cifras y datos por parte de los sistemas operativos excede con mucho la de cualquier persona. Ahora mismo, sigue siendo necesario un cerebro humano para tomar las decisiones últimas, pero es un hecho que los negocios en Wall Street están cada vez más informatizados. ¿Puede que llegue un momento en que el futuro de la economía mundial dependa de una serie de sistemas operativos inteligentes?
Ante esto, sólo podemos preguntarnos qué va a pasar si nuestros puestos de trabajo se ven amenazados por esa incipiente revolución robótica. La primera revolución industrial generó la aparición de las clases sociales debido a las diferencias entre patrones y proletarios: cuando una persona solo puede negociar con su propio trabajo y la mano de obra ya no es necesaria, las diferencias sociales son inevitables. Tanto Ford como Kaplan deducen que una revolución robótica aumentaría todavía más la brecha entre clases.
Pero, si la mayoría de la población no es necesaria para trabajar y no puede generar ingresos, no podría consumir y, por lo tanto, esa producción sería innecesaria. Así que no es del todo descabellado imaginar una utopía en que las personas inviertan en su sustituto robótico para dedicarse al ocio mientras su robot trabaja por ellos.
Qué opinarían de esto esos robots cuyo desarrollo no podemos ni podremos controlar y qué harían al respecto es un tema que tendrá que tratar la ciencia ficción.