Cómo te puedes ‘emborrachar’ si estás a dieta este verano
Llevas todo el santo invierno metido de pleno en el movimiento realfooder. En estos meses de reeducación nutricional no has tocado un ultraprocesado ni con un palo, no has metido ni un solo producto en tu cesta sin leer con lupa la etiqueta y te has convertido en una calculadora humana a la hora de contar calorías. Pero ha llegado el verano y con él el terraceo, la playita y las ganas de cachondeo en general. Que si una cerveza helada a última hora, que si un cubata en la verbena del pueblo, que si vinito, tinto de verano... y, cuando te quieres dar cuenta, todo el trabajo a la hora de cuidarte se ha ido a directo al michelin.
Como ni tú ni yo queremos ser seres asociales y quedarnos en una esquina de la mesa sin pedir nada cada vez que los amigos practiquen el terraceo, le hemos preguntado al dietista-nutricionista e influencer de la ‘comida real’ en Realfooding, Carlos Ríos, sobre las alternativas para refrescar el gaznate y salir de fiesta sin pasarnos al lado oscuro. Para disgusto de la mayoría que leerá esto, el nutricionista es tajante en cuanto a las tardes de cerveceo y las noches de cubatas, especialmente con estos últimos: “Según la OMS el uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos, por lo que un cubata probablemente sea la peor de las bebidas comercializadas ya que la mezcla con otras bebidas azucaradas no hace más que empeorar la situación”.
La ‘cervecita’ no es el único problema
Pero es que la cerveza tampoco se libra. Eso sí, por lo menos Ríos relativiza mucho con el topicazo de que la “birra engorda”. “Ningún alimento engorda por sí solo*, lo que sí puede ser causa de sobrepeso son los hábitos que acompañan a la cerveza. No solo el hecho de que se consuman varias en una misma comida, sino también la comida con la que se acompaña como ocurre a menudo con alimentos fritos y productos ultraprocesados”, apunta. En cuanto al vino, esa bebida tan típica del verano, que se puede mezclar con gaseosa o coca-cola y que nos llevan diciendo toda la vida que es buenísima para el corazón, el nutricionista recuerda que “a pesar de la fama por tener algunos nutrientes que se consideran beneficiosos, estos se encuentran igualmente en los alimentos que comemos en nuestro día a día, como la fruta, la verdura o el chocolate negro”.
OK. Pero, ¿significa esto que para ser realfooder te tienes que tirar todo el verano con cara de abstemio y una botellita de agua en la bolsa? No, pero casi. Como explica Ríos, la clave está en aplicar la moderación y comenzar a limitar más y más la ingesta de alcohol. Por tanto, el verano, por mucho que nos invite a dejarnos llevar en los momentos de ocio o en las fiestas patronales, no debería ser una excepción sino una oportunidad para comenzar a aplicarlo.“La ‘moderación’ no significa tomarse dos cubatas el viernes y tres cervezas el domingo. Beber con moderación es beber con menos frecuencia y en menor cantidad, por ejemplo, dos copas el día de fin de año o dos cervezas en la barbacoa de fin de curso, y una copa de vino en la cena de aniversario con tu pareja. Aunque en ningún caso el alcohol es bueno para el cuerpo, disminuir y limitar su ingesta a ocasiones muy marcadas es mejor que consumirlo con ‘moderación’ semanalmente”, insiste el experto.
Cuanto menos alcohol y más agua, mejor
Y esto debería de ser un axioma porque, como recuerda Ríos, “todas las bebidas alcohólicas aportan calorías y por tanto, bebamos la que bebamos, pagaremos el precio de las calorías”. Por tanto, no solamente deberemos beber menos alcohol sino que, al tratarse de verano y con temperaturas nocturnas por encima de los 20ºC, el agua debería ser tu fiel compañera en las escapadas nocturnas o sesiones de terraceo. Ya sabes, si te tomas una cerveza lo suyo sería compensar la ingesta de alcohol con agua. "Cabe recordar que en verano nuestras necesidades de agua aumentan y normalmente se recomiendan entre 2-3 litros diarios. Por eso, lo ideal es llevar contigo una botella que puedes dejar en el congelador antes de salir”, recuerda el experto.
Para que la cosa sea un poquito menos aburrida, el nutricionista recomienda jugar con la combinación con frutas, sobre todo con el agua de limón, y otros vegetales. "La ventaja de hacerlas en casa poder añadir otros sabores como, por ejemplo, rodajas de naranja, limón, pepino, hojas de hierbabuena o frambuesas", concluye. Así que el camino hacia una alimentación más consciente y saludable pasa por cuidar mucho lo que bebemos aunque nuestros colegas se estén poniendo las botas y no dejar nunca de lado nuestra hidratación. No es lo mismo tomarse un par de cervezas y una botella de agua que tres cubatas y cero agua. Es jodido, nadie lo niega, pero todo es empezar y el verano jamás debería ser una excusa para pasarse de pleno a la comida real.
* La causa del aumento de peso es un balance calórico diario positivo, es decir, que se ingieran más calorías de las que se gastan