Parir en un hospital privado aumenta un 52% la probabilidad de cesárea
Hay una batalla en ciernes en España: la de la sanidad privada contra la sanidad pública y, tristemente, y fruto de la labor incansable de desmantelamiento de la pública por parte de los gobiernos autonómicos de derechas, está calando cada vez más en la gente. El aumento de la contratación de los seguros de salud privados es una prueba evidente. El hecho de que cada vez más mujeres acudan a las clínicas privadas para dar a luz es otra. Lo que ocurre, según el encomiable análisis de la periodista de género Ana Requena y el periodista de datos Raúl Sánchez, es que en esas clínicas tienes hasta un 52% más de probabilidades de acabar pariendo por cesárea.
En palabras de estxs investigadorxs, “de los 22 centros hospitalarios con una tasa de cesáreas por encima del 45%, 20 son privados”. Unas cifras que se sitúan muy por encima de los recomendado por las instituciones internacionales de salud. Y sí, la media nacional sigue rondando el 24% como en años anteriores, pero ya hay más de un centenar de centros hospitalarios en los que al menos el 30% de los partos tienen lugar mediante cesárea. No es lo normal. No es lo que suele pasar en poblaciones sin patologías concretas. De todas formas, esto no está pasando solo en nuestro país, sino que se trata de un incremento global. La pregunta es por qué.
Y hay varias respuestas que pueden ser complementarias. Por un lado, y según cuenta a estxs dos periodistas Rosario Quintana, obstetra, en los últimos tiempos se ha impuesto un modelo sanitario intervencionista que considera que los partos son eventos muy peligrosos y que merece la pena realizar tratamientos preventivos de todo tipo. Hemos pasado de aquello tan hipócrita de creer que el parto es algo natural maravilloso a verlo como un proceso mucho más riesgoso de lo que consideran lxs especialistas médicxs. Algo que además le viene muy bien a la sanidad privada: cuantas más intervenciones te hagan más cobran. Es lo que tiene el lucro.
Por otro lado, explican, hay investigaciones firmes que muestran que “cuanto mayor número de matronas y paritorios en un centro, menos cesáreas tiende a practicar, sin que eso empeore los indicadores de mortalidad materna o fetal”. Y eso es precisamente lo que ocurre en la sanidad privada. Frente a la pública, que prioriza el bienestar de la gente y pone recursos suficientes sobre la mesa, la privada ajusta bien los costes para mantener sus beneficios. Esto implica a veces menos personal y, por lo que prueba la ciencia, más cesáreas, un procedimiento que tiene más efectos de los que suelen explicarse. Pero eso da para otro artículo completo.