Distimia, el tipo de depresión persistente que resulta casi imposible de diagnosticar

pesar del malestar, la distimia no te impide seguir con tu día a día, por lo que se tarda bastante en identificarla o nunca se llega a diagnosticar

La depresión es una de las enfermedades mentales más infravaloradas e invisibilizadas que existen. Aunque la sociedad parece haberse concienciado respecto a la salud mental, muchos de los estigmas y prejuicios sobre la depresión perviven. Si no cumples con lo de estar en la cama sin poder moverte, ya parece que lo tuyo no es grave. Que no tienes depresión. Cuando de hecho, la distimia, o depresión persistente, consiste en esto precisamente, en seguir con tu vida pero estando mal, y por eso tarda mucho en ser diagnosticada.

La depresión persistente o distimia fue reconocida el 2005, cuando El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales recogió esta condición como “depresión crónica”. Se trata de una afección que padece casi el 5% de la población. El problema de la distimia es que te mantiene en piloto automático, por lo cual tú sigues con tu día a día, puedes ir a trabajar, pero todo ello está empañado por la tristeza, el cansancio, la apatía. Sientes que algo no está yendo bien dentro de ti. Tener distimia es como vivir con una sombra de desánimo, puede haber días mejores y peores, pero nunca desaparece.

Históricamente, la distimia estaba asociada a un trastorno de personalidad, pero en los años 80 fue cuando se vio que se trata de un tipo de depresión crónica de carácter leve. Los últimos estudios publicados en The Lancet destacan que se trata de un trastorno de difícil identificación. De hecho, muchas veces escapa al ojo médico y se acaba diagnosticando tarde, cuando la persona ya evidencia un trastorno depresivo mayor.

¿Cómo se sabe que lo que padeces es distimia? Para su diagnóstico se establece que la persona debe haber experimentado desesperanza, tristeza persistente, cansancio, problemas de alimentación y de descanso por lo menos durante dos años. Como ves, se necesita tiempo para saber que padeces distimia. 

Las causas de la depresión son una mezcla de factores genéticos, biológicos, psicológicos y sociales. Pero en el caso de la distimia destaca un hecho, y es que el origen podría estar en la alteración del funcionamiento neuroendocrino y neurotransmisor. Las experiencias estresantes y traumáticas durante la infancia serían un posible desencadenante. También se vincula a otros problemas como la ansiedad o el trastorno bipolar. 

Los factores vitales también se relacionan con la distimia: no haber superado una ruptura afectiva o un hecho doloroso pueden ser también causas. El desempleo, la pérdida de un ser querido, sufrir una agresión… todo ello nos puede empujar a entrar en un estado de depresión persistente. En caso de que llevemos una temporada sintiéndonos cansadxs y con desánimo no tenemos que dudar en pedir ayuda a unx expertx.

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