Los beneficios de la poco conocida dieta vikinga
La dieta mediterránea la conoces al dedillo. Y probablemente también la dieta japonesa. No solo porque las hayas consumido, sino también porque son extremadamente populares mediáticamente: son muchas las investigaciones que las señalan como dos dietas geográficas de increíbles beneficios para la salud. No obstante, y aunque a veces lo parezca, no son las únicas. El mundo es inmenso y existen bastantes alternativas interesantes de alimentación, entre las que destaca particularmente la llamada dieta vikinga o dieta nórdica.
En qué se basa
Según cuentan en una publicación en The Conversation lxs especialistas en nutrición Duane Mellor, de la Universidad de Aston Reino Unido, y Ekavi Georgousopoulou, de la Universidad de Canberra Australia, "la dieta nórdica se basa en los alimentos tradicionales disponibles en los países nórdicos" como "los cereales integrales en particular, el centeno, la cebada y la avena, las frutas especialmente las bayas, los tubérculos remolacha, zanahoria y nabos, los pescados grasos salmón, atún y caballa, las legumbres y los lácteos grasos".
Además, apuntan estxs expertxs, "la característica clave de la dieta nórdica es que alienta a las personas a incluir una amplia gama de alimentos disponibles localmente como musgos, semillas, verduras e hierbas, incluidas las que crecen de manera silvestre". Ah, y algas marinas, las cuales proporcionan nutrientes tan importantes para la salud como los ácidos grasos omega-3, la vitamina D o el yodo. Deja fuera, por el contrario, a los alimentos ajenos a la región, como las frutas tropicales, las plantas mediterráneas o los procesados.
Menor riesgo de enfermedades
De momento, la dieta vikinga no tiene la investigación científica detrás que tienen la dieta mediterránea o la dieta nipona. Pero algo hay. En palabras de Mellor y Georgousopoulou, algunos "estudios encontraron que los patrones de alimentación nórdicos se asociaron con un menor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2 en personas de países nórdicos". Además, investigaciones más recientes han descubierto que seguir la dieta vikinga puede reducir el peso corporal, el colesterol LDL y la presión arterial. Es una dieta muy prometedora.
Pero no todo gira en torno a tu salud. Sí, parece que implementar la dieta vikinga en tu vida puede ayudarte a estar más sanx, pero también es una cuestión de sostenibilidad. Como señalan ambxs nutricionistas, se trata de un estilo alimenticio que puede "ayudar al planeta mediante el uso de alimentos locales". Prescindir de alimentos cultivados en la otra punta del planeta, con todo el consumo energético y la contaminación que supone transportarlos, y apostar por alimentos cultivados por vecinos europeos, puede marcar una gran diferencia medioambiental.