El primer Orgullo LGTBI no fue una fiesta, sino una batalla campal
Los disturbios de Stonewall Inn 28 de junio de 1969, bar newyorkino en el que se reunía la comunidad LGTB en los años 60, comenzaron a raíz de una redada policial y arbitraria. Era la primera vez que la comunidad LGTBI de Estados Unidos se organizaba contra las fuerzas policiales que los perseguían sistemáticamente, criminalizando la homosexualidad, la transexualidad y el travestismo. Estas unidades de intervención policial que agredían y acosaban a la comunidad se llamaban "Brigada de Decencia pública", ya que oficialmente se percibía el colectivo como una depravación moral. Pero la policía simplemente era un aparato del gobierno conservador; recordamos a Richard Nixon, embajador de la guerra de Vietnam y ferviente seguidor de la cruzada anticomunista, también llamada Macarthysmo.
En un clima de contracultura, movimiento antibelicista y de lucha por los derechos civiles, el colectivo LGTBI se reveló y salió a la calle a protestar contra la persecución policial de su comunidad. Cientos de hombres y mujeres homosexuales, transgénero, negros, blancos, hispanos y, lo más determinante, de clase obrera, se aunaron bajo el grito de gay power! y se organizaron como activistas por los derechos de la comunidad LGTBI. Los enfrentamientos fueron intensos: los antidisturbios fueron humillados en las batallas campales, a pesar de todos los recursos de los que disponían.
Cuando leo sobre estos sucesos me acuerdo de Pride 2014 y la alegría contagiosa que produce la lucha colectiva. Justo un año más tarde, el 28 de junio de 1970, se produjo la primera marcha del orgullo gay. Es curioso ver cómo en la actualidad se ha mercantilizado esta fiesta sí, el famoso capitalismo rosa que Pride practican y se ha olvidado la esencia de su origen.
Después de Stonewall, aparte de la popularización de las marchas, hubo una gran organización en la comunidad LGTB, y uno de los grupos fruto de los enfrentamientos fue S.T.A.R, Street Transvestite Action Revolutionaries, gracias al apoyo de la organización Gay Liberation Front, también creado tras las revueltas, e inspirado por las Panteras Negras; el acrónimo hace referencia a la estrella star, en inglés, icono gay de la época y símbolo de liberación de los esclavos negros utilizado por el partido.
S.T.A.R. impulsó un proyecto de apoyo a disidentes sexuales desde la nada, ayudaba a personas víctimas de homofobia y sexofobia. Lo encabezaban Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, dos revolucionarias transgénero, pobres y prostitutas, una afroamericana y otra de origen puertorriqueño. La primera aparición pública del colectivo fue en una manifestación en apoyo a los Young Lords, grupo político juvenil partidario de la independencia de Puerto Rico.
Aunque Stonewall fue en 1969, en España tuvimos que esperar ocho años para la primera manifestación LGTBI del Estado. Fue en 1977, un par de años después de la muerte de Franco, en en las Ramblas de Barcelona y, como en Estados Unidos, fue encabezada por los colectivos trans y travestis y por la organización Front d'Alliberament Gai de Catalunya FAGC, una organización inspirada por el Gay Liberation Front estadounidense. A pesar de la muerte del dictador, España todavía estaba en el post-Franquismo y, como la homosexualidad formaba parte de la Ley de Peligrosidad y Reforma Social que durante la democracia se transformó en la Ley sobre el escándalo público y no desapareció hasta los 90, la manifestación fue reprimida por los grises, la policía.
Irónicamente, 2020 será el primer año en mucho tiempo que volverá a estas raíces de lucha. Las carrozas, fiestas, espectáculos y eventos han quedado todos cancelados por el covid. La edición de este año se compondrá prácticamente solo de manifestaciones, como las del Orgullo Crítico de Madrid, que reclama un movimiento LGTBI anticapitalista, o Orgullo Crítico de Madrid, que ha contraprogramado la manifestación de Vox convocada en defensa de la estatua de Colón, como respuesta a las revueltas mundiales del Black Lives Matter, que están tumbando estatuas por todo el globo. 43 años después de la manifestación del 77, Las Ramblas volverán a llenarse de lucha y no de fiesta.