Por qué no deberías esperar a que alguien te pida disculpas
Pedir perdón es concebido, por algunas personas, como un regalo. A veces tenemos muy claro que somos nosotrxs mismxs quienes debemos dar el paso de la disculpa y no es excesivamente complicado caer en ello si eres una persona madura y con autocrítica. Estas características son necesarias para decir ‘lo siento’ porque al decirlo estás admitiendo que hay algo que no has hecho bien y, por lo tanto, debes asumir que has generado un mal. Escrito así suena un poco terrible pero esa es la realidad. Cuando una persona considera que no ha hecho absolutamente nada malo, no tiene por qué pedir disculpas. A veces ocurre que las partes involucradas opinan diferente, pero ese es otro tema.
Hemos definido que, cuando tú pides disculpas es porque sabes que has hecho algo que no está bien y ¿qué pasaría si estuvieras esperando las disculpas de la otra persona? Así como somos capaces de entender y de ver cuándo debemos pedir perdón, también podemos ver cuándo otra persona es la que debe dar el paso. Para algunas personas no es posible, incluso cuando se sienten mal por haber hecho algo, admitir su error. “Ser capaz de admitir que hemos hecho algo mal requiere un cierto nivel de autoestima o fuerza del ego, las personas que son inseguras pueden encontrar difícil decir lo siento porque un solo error puede borrar su autoestima”, explican dese Psychology Today.
Otro de los perfiles que entra dentro de este marco es aquella persona que, durante la infancia, fue implacablemente culpada, esa persona que desde una edad temprana “se le dijo que era responsable de cada problema que surgía y se le castigó en consecuencia”. Durante la vida adulta quienes vivieron esto pueden actuar de dos formas muy distintas: o son personas que dicen ‘lo siento’ por absolutamente todo, incluso cuando no han hecho nada o son personas que jamás dicen ‘lo siento’, incluso cuando saben que han hecho algo que no está bien. Dentro de este segundo grupo se trata de personas que tomaron la decisión de no sentir culpa por nada más o que ya no quieren asumirla.
Obviamente estos anteriores grupos no son los únicos, también hay un perfil de personas que no piden disculpas porque carecen de empatía y no sienten nada al haber hecho algo mal. Este tipo de persona opina que solo hay que pedir perdón en situaciones donde ‘deliberadamente’ causaron daño. También es cierto que cuando pides disculpas estás demostrando que eres capaz de ser vulnerable, lo cual para algunas personas puede ser mostrar una parte débil o peligrosa porque se están abriendo a que puedan hacerles daño. Cuando pides perdón entran muchas cosas en juego: estás también reconociendo que es importante cómo se siente la otra persona.
Así que cuando estés esperando una disculpa de alguien puedes pensar en todos estos factores y, por ello, es importante valorar cuando alguien es capaz de pedir perdón. Si eres de esas personas que está esperando a que alguien se disculpe deberías dejar de esperar. Cada persona es responsable de lo que hace y de cómo actúa a partir de ello. También es verdad que hay quienes no se dan cuenta y que, a veces, agradecen que alguien se acerque y les diga: “esto que has hecho me ha dolido”, con lo cual podrán dar el paso de valorar sus actos, aprender y dar el paso de pedir perdón.