Emperadores romanos tan nefastos que a su lado Trump parece bueno

Si piensas que el ya ex presidente de los Estados Unidos ha sido un excéntrico y un mal gobernante, es que realmente no conoces las locuras que llegaron a hacerse en la antigua Roma
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Hace menos de tres semanas, y con las elecciones presidenciales de los Estados Unidos asomando ya en el calendario, el columnista de Los AngelesTimes, Nicholas Goldberg, se preguntaba si Donald Trump poseía el dusoso honor de ser el peor presidente de la historia de su país. Después de todo, y por malo que parezca el 45º presidente estadounidense, tiene buena competencia en los 231 años de Constitución que posee el país. Sea como sea la realidad es que los malos gobernantes existen desde los albores de la democracia. En Roma,  el imperio autoconsiderado ejemplo moral para el mundo, esconde unos cuantos terribles.

Calígula fue uno de los peores. Como explican desde Muy Historia, "veía conspiraciones por todas partes y se deleitaba contemplando la tortura y la ejecución de aquellos a quienes, de modo preventivo, decidía señalar". Según los historiadores, organizaba orgías en las cuales las mujeres eran objeto de perversiones y agresiones sexuales de todo tipo. Pero no es el único depravado sexual. El cronista italiano Suetonio dice en sus escritos que Tiberio "había adiestrado a niños de tierna edad, a quienes llamaba pececillos, para que jugaran entre sus piernas en el baño y lo excitaran con la boca".

Pero la sexualidad es solo una de las caras macabras de la historia negra de los emperadores romanos. Otra muy presente es la violencia. Y ahí comparten podio indistintamente varios grandes nombres de la época. El primero de ellos es Nerón. Porque si Nerón resucitase y viese Juego de Tronos demandaría muy justamente algunos royalties. Como apuntan desde Muy Historia, "se le acusa de ordenar los asesinatos de su propia madre, hermanastro y primera esposa", además de matar a patadas a su segunda esposa, embarazada de  una criatura de ambos. Ah, y supuestamente incendió Roma a lo Cersei.

El segundo de ellos es Teodosio, nacido en un pueblo de la actual Segovia. Al parecer, tras un rifirrafe entre los habitantes griegos de Tesalónica y el imperio, este benevolente emperador decidió montar una carrera de cuadrigas en aquella misma ciudad. La Championes League de los griegos. Se llenó hasta los topes y fue ahí cuando Teosodio dio la orden de cerrar el estadio y matar a todos los espectadores griegos. La cifra asciende a 7.000. Un auténtico genocidio sin miramientos. También fue el último emperador del Imperio de Roma unido, que se dividiría en el Imperio romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente.

Además de las perversiones sexuales y la violencia, existe otro pecado de los gobernantes que puede poseer un impacto tremendo en la vida de los ciudadanos de a pie: el despilfarro de los fondos públicos. Y ahí, tal y como cuentan los historiadores, la palma se la lleva Cómodo. "Fuerte y bien parecido, creía ser encarnación de Hércules, por lo que erigió a lo largo de todo el imperio estatuas de sí mismo ataviado como el héroe". No solo eso: también combatía en el Coliseo como gladiador en unas actuaciones carísimas en las que mataba a "soldados con alguna amputación" que ordenaba atar.Desde luego, algo hemos mejorado.

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