Colocaron una piña en una vitrina y todo el mundo creyó que era una obra de arte vanguardista
Llevar el ‘troleo’ al nivel de una obra de arte sería el sueño de cualquier miembro de Forocoches. Sin embargo, un par de estudiantes de Escocia se les han adelantado con una simple piña comprada en el supermercado del pueblo. A Ruairi Gray y Lloyd Jack, unos trols de 22 años, se les ocurrió colocar la exótica fruta en la exposición de arte Look Again que tenía lugar en la Universidad Robert Gordon. La gracia del asunto residía en saber si sus compañeros la confundirían con una obra de arte, pero la cosa se les fue de las manos.
“Había un stand de arte vacío y decidimos ver cuánto tiempo permanecería allí o si la gente creería que la piña era arte. Cuando regresamos más tarde la habían metido en una vitrina. Creo que es lo más divertido que ha pasado en todo el año, de hecho, mi supervisor lo vio y preguntó a un profesor de arte si era real porque no podía creerlo”, declaró Gray a medios locales. Su troleo se había convertido en una obra de arte y ellos en unas 'celebrities'. Mission accomplished.
Lo más surrealista del asunto es que la coordinadora de la exposición, Natalie Kerr, declaró al medio británico Press & Journal que, tras ausentarse 10 minutos de la exposición, la piña “ya estaba en la vitrina” y que decidió no tocarla porque era alérgica a la piña y porque quería “mantener el espíritu juguetón de la exposición”. Una excusa que suena a broma y que le puso la guinda a una historia que rápidamente se hizo viral en las redes sociales.
“He hecho arte”, escribió en su cuenta de Twitter uno de los chavales lanzando un puntapié en la ingle del arte contemporáneo. La historia es que, cada vez más, el arte vanguardista está siendo objeto de bromas y errores épicos y que, como dijo el escritor J.F Martel en un ensayo sobre este tipo de arte que levantó ampollas, cada vez es más difícil diferenciar una obra de arte de un anuncio de coches.
Un ejemplo de ello fue el del californiano de 17 años, TJ Khayatan, que el año pasado decidió dejar unas gafas en el suelo del MOMA de San Francisco y se hizo famoso gracias a los 70.000 retuits que tuvieron las fotos de las personas admirando su particular obra de arte. Otro momento mítico fue el de una limpiadora del Museo Bolzano de Milán que, a finales del 2015, l decidió dejar unas gafas en el suelo del MOMA de San Francisco una recreación de una sala después de una fiesta de los artistas Sara Goldschmied y Eleonora Chiari.
"Si ella pensaba que era basura, significa que lo era. El arte debe ser entendido por cualquiera, incluidos los trabajadores de la limpieza. El hecho de que el museo pueda simplemente recolectar las piezas de la basura y ponerlas de nuevo juntas significa que no era arte de categoría”, declaró el principal crítico de arte de Italia, Vittorio Sgarbi, a la televisión norteamericana NBC. Las palabras de Sgarbi incendiaron el debate sobre el arte vanguardista en el país de Michelangelo.