¿Puede la IA ayudar a las personas a trabajar mejor? Esta experiencia me hizo pensar que sí
Nunca había estado en un evento como Delivering the Future 2025. Pero nunca. Hasta que Amazon nos invitó a San Francisco para ver cómo sus últimas innovaciones en logística —robots, inteligencia artificial y gafas inteligentes— se mezclan con la vida real de las personas que son quienes, al final, hacen que todo funcione. Sí, robots, IA y seres humanos. Todo en una misma frase. Aunque parezca increíble.
Primeras impresiones
Al llegar al centro de convenciones, me sorprendió la tranquilidad. Esperaba algo más tipo feria tecnológica, con luces y ruido por todos lados. Pero no: todo estaba diseñado para que pudiéramos acercarnos y mirar, tocar y preguntar. Directivos de Amazon subieron al escenario y hablaron de “IA física” y de cómo la tecnología no reemplaza a las personas, sino que hace el trabajo más seguro y eficiente. Y pensé: “esto lo apunto”.
Mientras escuchaba, me imaginaba a los empleados en los almacenes: brazos robóticos coordinando movimientos, sistemas que anticipan problemas, gafas que guían a los repartidores... Todo parecía muy distópico y, al mismo tiempo, cercano. Una realidad ya al alcance de muchas personas.
Blue Jay: el malabarista que ayuda
La primera demo fue Blue Jay, un sistema que coordina múltiples brazos robóticos. Tres líneas de montaje en una sola estación. Los brazos se movían como un malabarista perfecto: rápido, seguro, rítmico. Me llamó la atención la velocidad con la que se movía, eso 100%. Pero, sobre todo, con lo que al final te quedas es con cómo liberan a los operarios de movimientos repetitivos. Un brazo levantando un paquete, otro colocándolo en su sitio... Puede gustarte más o menos, pero ya forma parte del presente.
Me sorprendió pensar que algo tan futurista estaba pasando allí, en directo. Y entonces volví a anotar: “estos robots no vienen a quitar trabajo, sino a que las personas trabajen mejor”.
Project Eluna: un compañero invisible
Después conocí a Project Eluna. Era como ver actuar a un cerebro gigante que piensa por ti. Los supervisores le preguntaban cosas tipo: “¿Cómo organizo los turnos para evitar un cuello de botella?” y la IA les respondía con datos claros y fáciles de aplicar. Digamos que esta IA No decide por ellos, solo los ayuda a anticipar problemas. Un poco como ese compañero que siempre te cubre la espalda, pero sin ser intrusivo ni exigente.
Las gafas inteligentes: ver sin mirar el móvil
Y, bueno, luego llegaron las Amazon Smart Delivery Glasses. Las probé y, para qué mentir, fue raro. De pronto, con estas gafas, toda la información necesaria aparecía directamente frente a mis ojos: a qué puerta ir, los obstáculos en el camino, la mejor ruta para entregar el paquete... ¿Y lo mejor? Que todo eso pasaba sin tener que mirar el móvil. Podía concentrarme en lo que sucedía a mi alrededor, fijarme en los escalones, el tráfico o incluso en las mascotas que se cruzaban en la calle, sin perderme nada.
Según cuentan los repartidores que ya las usan, las gafas son cómodas y seguras. Les permiten ver indicaciones, obstáculos y rutas sin tener que mirar el móvil. Conclusión: en lugar de ponerles trabas, desde fuera, da la sensación de que la tecnología los acompaña.