Claves para tratar con alguien conspiranoico

No intentes convencerle de que sus argumentos son estúpidos. Usa estrategias más constructivas
Claves para tratar con alguien conspiranoico

Partamos de la hipótesis de que tú no eres una persona conspiranoica. De que no tienes una necesidad anormal de certidumbre y control que te conduzca a confiar en teorías descabelladas. De que efectivamente incluso te enrabietas cuando coincides con alguien conspiranoico y te llena la cabeza de lo que para ti son claramente tonterías. De que no sabes cómo gestionarlo. Precisamente para personas como tú, y para que podáis sobrevivir en conversaciones sobre conspiraciones, lxs psicólogxs Daniel Jolley, Karen Douglas y Mathew Marques han elaborado una lista de recomendaciones basadas en evidencias científicas. Impleméntalas cuando escuchas hablar del doble de Paul McCartney.

Por ejemplo, orientar la conversación de las supuestas pruebas de la conspiración a la experiencia de esa persona con la misma mediante una serie de preguntas como “¿cuándo empezaste a creer en esta teoría? ¿Cómo te ha afectado creer en ella? ¿Qué suponen para ti estas creencias?”. Así evitarás entrar en una discusión argumental absurda que no puedes ganar porque la persona conspiranoica probablemente no atienda a razones. Su postura, a nivel inconsciente, es más emocional que racional. Además, dicen estxs expertxs, también es importante que trabajes tu receptividad conversacional con expresiones como “eso lo entiendo...” o “cuéntame más”. La empatía conecta a las personas.

Ayudarle a analizar las evidencias

Pero también puedes intentar ir un poquito más allá adoptando una actitud algo más arriesgada: promoviendo el pensamiento crítico en la otra persona. Lxs autorxs de la investigación plantean un discurso de este estilo: “Estamos de acuerdo en que hacerse preguntas es importante, pero también analizar las evidencias más básicas: tenemos que examinar toda la información disponible y asegurarnos de que comprobamos la verdad no solo de la información que no nos creemos, sino también de la que nos creemos o nos resulta más incómoda”. En lugar de atacar cada uno de sus argumentos, “atacas” su seguridad en las cosas en las que cree. Le haces ver que siempre hay sesgos.

Por último, y si la persona conspiranoica no es alguien que te encuentras una noche en una fiesta, sino una persona a la que amas y con quien tienes que lidiar en tu día a día, Jolley, Douglas y Marques te aconsejan potenciar su capacidad de autogestión. A fin de cuentas, y como hemos dejado caer en el párrafo inicial de este artículo, las personas conspiranoicas comparten una necesidad excesiva de control sobre sus vidas, lo que proyectan en miedos exagerados e inventados a gran escala. En este sentido, “la estrategia es inspirarles para que pongan sus esfuerzos en aspectos de su vida que pueden controlar”. Si lo hacen, si ganan sensación de control administrando mejor las cosas a pequeña escala, probablemente reduzcan sus niveles de conspiranoia.

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