Los hombres fantasean cada vez más con la sumisión sexual y con los robots

También crecen las fantasías vinculadas a robots con inteligencia artificial

Una cosa muy saludable que hemos aprendido últimamente es que tener una fantasía sexual no implica necesariamente querer hacerla realidad. Y el caso de la violación es el más obvio: puedes hacer que ocurra en tu mente, pero para nada quieres que te pase en la vida real. Esta distinción es la que nos está permitiendo reconocer las fantasías con mucha más libertad y seguridad. Ya no te rayas por admitir en público según qué cosas. Te sientes menos juzgadx. Más dueñx de tus deseos. Es en este contexto tan bonito en el que están saliendo a la luz fantasías que antes estaban ocultas tras un tupido velo. Como la de los hombres siendo dominados por mujeres.

Y no me malinterpretes: esto ha existido desde siempre y muchos hombres han dado el paso y lo han transformado en una realidad excitante y divertida. Pero es que el porcentaje crece cada vez más. En concreto, y según un estudio de la plataforma Diversual, un 37% de los hombres están dispuestos a la sumisión. Es una cifra inferior a la de las mujeres, que se sitúa en un 58%, pero es una cifra que habría sido imposible décadas atrás. Pese al avance de la machosfera, del intento por devolver al hombre a la categoría exclusiva de macho ultradominante que gobierna a la mujer con firmeza, la fidelidad a la propia sexualidad se abre paso orgullosa. Es una nueva era.

Una en la que el incesto parece tener un lugar especial. Sí, basta con entrar a cualquier portal porno para comprobar que esta fantasía se ha extendido a lo bestia. Además, y como apuntan desde Los40, también parece estar expandiéndose a otros sectores como el del cine o las series de televisión: hay incesto en Juego de Tronos, hay incesto en The White Lotus y hay incesto en Élite. Lo fácil sería decir que es una fantasía inventada por la pornografía. Desde luego que la ha incentivado. Pero quizás siempre haya estado ahí y nadie se haya atrevido a reconocerlo. Es demasiado incómodo. Pero, recuerda, las fantasías son fantasías. Material mental y nada más. De chill.

Junto a estas dos, otra fantasía que está creciendo como la espuma es la que tiene que ver con las IAs. Sí, hay gente que piensa que un robot humanizado físicamente estupendo y con una personalidad seleccionable tiene su morbo. Les sube el calorcito solo de pensarlo. En este caso, cuenta la periodista Marita Alonso, está habiendo un intento de la industria por monetizar este tipo de fantasías. Ya hay robots como Aria, “una humanoide que imita emociones, busca conexiones reales y es sumamente atractiva”. Eso sí: esta fantasía es netamente masculina y las mujeres parecen pasar de ella. Tal vez debido a que cosifican menos que ellos. Pero eso es material para otro debate.

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