El 47% de la gente que ve porno masculino gay son mujeres
Pornhub es el mayor portal de pornografía del mundo y, cada año, con motivo de la celebración del mes del Orgullo, hace públicos algunos datos interesantes sobre las búsquedas y las reproducciones del contenido gay. En este caso, y como informan desde Reino Unido, el más curioso de todos es el que revela que casi la mitad del total de quienes ven pornografía gay masculina son mujeres. En concreto un 47%. Algo que, si bien llama la atención, no es ni mucho menos la primera vez que sale a la luz: una década atrás el portal pornográfico ya expuso que el contenido gay masculino era la segunda categoría más popular entre sus usuarias.
Es un fenómeno bastante extendido. Y cada vez más estudiado: en el año 2018 la escritora Lucy Neville entrevistó a más de 500 mujeres y descubrió que muchísimas de ellas disfrutaban del porno gay. “A muchas de ellas les gusta ver hombres desnudos”, recogía en su ensayo Girls Who Like Boys Who Like Boys. ¿Y es que en el porno heterosexual más normativo no hay cuerpos de hombres desnudos? Sí y no. Están ahí, pero ya sabes de sobra que están en un segundo plano: lo importante en estos contenidos convencionales es cómo la polla penetra a la mujer. Es la gran obsesión. El foco está ahí puesto. La sensualidad del hombre se ignora.
Es aquí donde está la clave de todo este asunto. A diferencia del porno hetero, el porno gay masculino prioriza lo que les gusta a los hombres gays, que es el cuerpo de los tios en su totalidad, lo que obviamente coincide con lo que le mola a las mujeres heterosexuales. 1 + 1 = 2. Además, el consumo del porno gay masculino libra a las mujeres de ver cómo se las representa arquetípicamente: como individuas despersonalizadas, plegadas al placer del hombre, sumisas, pasivas y con posturas y acciones orientadas únicamente a satisfacer la mirada del tipo cishetero. Con el porno gay se lo ahorran y sufren menos contrariedades. Son observadoras.
En realidad es triste. Los datos de Pornhub evidencian que las productoras de porno hetero no piensan en las mujeres y que les da igual lo que ellas desean ver en pantalla. Una espalda bien enfocada. Unos brazos fuertes. Una sonrisa. Eso queda eclipsado porque los usuarios desean ver tetas y coños nonstop. Además, y según la propia Neville, el porno gay también tiene el beneficio añadido de que las mujeres que han sufrido agresiones sexuales no se sienten interpeladas al verlo. Con el porno convencional es muy difícil que no experimenten ansiedad porque reproduce comportamientos muy oscuros de explotación. Es fácil revivir el trauma.