3 preguntas para saber si ya es hora de dejar a tu pareja

Lleváis bastante tiempo juntxs y habéis superado muchos conflictos. La gran mayoría eran personales y los problemas de pareja tardaron en aparecer. La convivencia, el tiempo y factores como la rutina pueden hacer que aparezcan los primeros roces. Os conocéis y habéis conseguido solucionarlo casi todo pero ahora parece que estáis en un punto de no retorno. Estáis dos días bien y luego otra vez una pelea por algo que, realmente, es una tontería. Hay algo de base que no estáis viendo y que parece no tener cura pero, ¿cómo saberlo? ¿Cómo decidir si es momento de dejar de intentar arreglar vuestros problemas? ¿Cómo decidir si es momento de dejarlo? Te entran las dudas porque quizás, si te rindes, ya no hay vuelta atrás. Que no cunda el pánico. Antes de tomar una decisión sería buena idea que te plantearas estas tres preguntas.

Al principio de toda relación adaptarte a la otra persona es agradable. Es más, vas descubriendo que tenéis diferencias y que eso es algo positivo para la relación. A medida que pasa el tiempo esas diferencias pueden generar planes paralelos. Esto no tiene nada de malo porque preservar la individualidad es algo bueno para una pareja. Ahora bien, muchas veces las grandes diferencias pueden acabar en conflicto, por ejemplo, si a tu pareja le encanta salir de fiesta hasta que amanece y tú lo odias, ningunx estará disfrutando bien de lo que le apetece hacer, esto hará que choquéis. Puede que os queráis mucho pero este tipo de cosas muestran que hay poca compatibilidad y que, sin intención, sacáis lo peor de cada unx.

Es cierto que es imposible ser completamente feliz en una relación, no porque seas infeliz sino porque esto depende de muchos factores. Ahora bien, esta pregunta tiene como objetivo ser capaz de poner un tanto por ciento de felicidad. Si, por ejemplo, eres feliz o te sientes bien y acompañadx en el 80, 90 o 95 por ciento de la relación, pues habrás triunfado. Sin embargo si te sientes bien y feliz un 50% y el otro 50 son problemas y tristeza, quizás sea hora de empezar a alejarte o de darte cuenta que no hay forma de solucionar algo que se ha ido apagando.

La mayoría de las personas se sienten bien con su día a día. Cuando consigues tener una rutina sana, un trabajo que te hace sentir bien e incluso una buena calidad de ocio, todo lo que te saque de ahí puede resultar alarmante. Esto también sucede con las relaciones: cuando te has acostumbrado a que, por lo general, estáis bien con alguna pelea por aquí y alguna por allí y sin mucho más, es posible que pienses que salir de ahí es lo peor. Empezar de nuevo parece imposible pero si esa chispa no existe y, aunque seguís intentando que surja no lo conseguís, quizás es hora de decir adiós. Mantener viva una relación por comodidad es una de las peores cárceles del ser humano. No entres ahí.