Puedes tener un orgasmo solo estimulando tus pechos

Esta zona del cuerpo es, casi siempre, solo de paso. No se olvida pero se subestima el poder de excitación tan amplio que tiene
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Estamos en el coche en mitad de un descampado. Es de noche y, sentados en la parte delantera, empezamos a enrollarnos. Nos entra un calentón que es incontrolable. Vamos a la parte de atrás. Me quita la camiseta mientras me besa y con una mano me desprende el sujetador. Me empieza a comer las tetas con un ansia muy enfocada. Pienso por un momento que, aunque me está encantando, esto durará tan solo unos segundos. Luego pasaremos a la segunda parte, que es la todxs esperamos cuando vamos a tener sexo. Pero no. Está viendo que me pongo tan cachonda que no para en ningún momento. Usa sus manos, su boca y su lengua de forma progresiva. El momento del orgasmo va a llegar y no me lo creo.

Los pechos casi siempre quedan en segundo plano. El sexo es tan coitocentrista que la atención se centra en los genitales. Esto no está mal pero hay muchísimas zonas del cuerpo que son excitantes y erógenas y que también es posible estimular para generar placer. No solo es posible sino que debe hacerse. La exploración sexual debería llevar adherido este recorrido casi de forma obligatoria. No hay nada mejor que probar partes nuevas del cuerpo con las que podamos dar y recibir placer. Y sin duda alguna los pechos deben ser parte de este descubrimiento.

Lo que más te guste

El sexo puede ser increíble o no, la verdad es que tiene una relación directa con lo que a cada persona le guste y cómo es posible fusionar esos gustos. Cuando conoces a alguien e intimas en la cama o en cualquier contexto en el que pueda darse una relación sexual es posible entenderse, es posible que el placer sea bueno para las partes que formen la relación. La cuestión principal es que cuando decimos sexo todo el mundo piensa en la penetración o en los genitales. En este punto Núria Jorba, psicóloga, sexóloga clínica y terapeuta de parejas, está completamente de acuerdo: "se nos ha explicado que el sexo es genitalidad. Esto quiere decir que todo se reduce a estimulación genital, a la búsqueda del orgasmo muy localizado y muy centrado en la masturbación y en la penetración", explica la experta.

En mi experiencia personal los pechos también han sido una zona de paso, aunque es cierto que después de aquel encuentro en ese coche y de ver el potencial placentero que existía en los pezones y todo lo que los rodea, comencé a tenerlos un poco más en cuenta. Aquí es muy importante saber qué le gusta a cada quien. Jorba comenta que "cada persona tiene unas necesidades diferentes, porque cada persona tiene una anatomía distinta que, por mucho que se parezca cada unx tiene la suya propia. A su vez tenemos una sensibilidad distinta y un aprendizaje estimulatorio distinto. Hay gente a la que le gusta que se le estimulen los pechos, hay gente que le molesta y hay veces que no es ni una cosa ni otra sino la forma de estimular".

Probar para saber

Quizás eres de esas personas que asegura de todas las maneras posibles que no le genera placer que le estimulen los pezones o los pechos. A mí me pasaba: cuando alguien practicaba sexo oral o los tocaba, sinceramente no sentía excesivo placer, era algo que sucedía sin más. Me faltaba experiencia, me faltaba exploración y me faltaba probar para saber. Por ello lo más aconsejable siempre no solo es preguntar sino probar. Núria Jorba hace hincapié en este punto: "si la respuesta es negativa puede ser por falta de experimentación, por ello hay que preguntar '¿quieres que probemos, te apetece que experimentemos o no?'". La experta, además, explica que si se decide experimentar, hay que tener dos puntos muy claros: 

1. Evitar el roce sin que haya alguna lubricación o sin que sea un contacto fluido, tiene que ser un roce suave y progresivo. Que el roce no sea seco, al principio puede serlo pero si queremos estimular en profundidad esta zona a veces hace falta lubricante, saliva o algo que nos ayude a que las sensaciones sean más fluidas y más agradables. 

2. No tiene por qué haber un contacto mantenido, a veces es bueno tocar, parar un poco, volver a tocar... Así se llegará a un punto de excitación elevado. En ese momento de excitación alto es, entonces, cuando es bueno centrarse en la zona de los pechos en concreto.

Si te pones a intercambiar opiniones acerca de estimular otras partes descubrirás que muchísimas personas están de acuerdo. Es más, parece que todo el mundo lo pone en práctica y que se trata de algo que sobra hablar, como si todxs en la intimidad lo hicieran. Y no es del todo así. "Seguimos teniendo una tarea pendiente que es aprender a diferenciar qué es sexo, qué es sensualidad, qué es erotismo y por lo tanto qué es sexualidad, que es lo que lo engloba todo. Tenemos normalmente sexo: que es, hablando claro, la búsqueda del orgasmo y esta estimulación. Nos olvidamos mucho de la influencia del erotismo, de la influencia de nuestra mente, de la excitación, del ambiente y de la conexión, que es lo que en el fondo le da calidad a la relación sexual", detalla Jorba.

Una explosión inesperada

Siento cómo mis latidos van en aumento. Él me mira. Cierro los ojos. Los abro, vuelvo a mirar cómo me observa mientras me come las tetas y las toca. Es todo un recorrido que va de menos a más y que se acopla a mi vibración interna. Estoy tan caliente que siento que voy a correrme, está creciendo mi placer por dentro y no puedo creer que esto vaya a ocurrir. Me dejo llevar, me centro solamente en lo que mi cuerpo y el contacto con el suyo me están transmitiendo. Siento cómo me estremezco, él no hace nada más que seguir chupando y tocando mis pechos. Entonces llega. Es una explosión en mi entrepierna que él también disfruta. Quiero repetir esto sin parar. 

Cuando hablo con la sexóloga le cuento esta experiencia. Además le explico que fue la única vez que me pasó es cierto que tampoco lo volví a poner en práctica y me pregunto si es verdaderamente posible para cualquier persona tener un orgasmo solo mediante esta estimulación. Ella me responde que "por supuesto que sí, pero que para que eso ocurra tienen que pasar, además, tres cosas":

1. La persona tiene que estar muy erotizada, tiene que haber una excitación mental que nos haga conectar con el placer corporal y que todas esas sensaciones nos estén ayudando.

2. Que la persona que nos está estimulando sepa cómo nos gusta y cómo hacerlo. Para ello tiene que haber comunicación. Tú puedes ir indicándole a la persona unas pautas que, al seguirlas, puedan darte placer y te exciten.

3. Hay que tener en cuenta el tipo de sensibilidad de cada persona. Hay gente que tiene mucha sensibilidad y le gusta, hay otras personas que no tienen sensibilidad y no sienten nada y otras que tienen exceso de sensibilidad y esto les molesta. 

Si se tienen en cuenta estas tres cosas y tras probar nos damos cuenta de que nos gusta que nos estimulen esta zona y estamos excitados y erotizados, se puede llegar al orgasmo por esa vía de estimulación. En cuanto al sexo siempre recomendamos la exploración. Hemos aprendido que la relación sexual tiene una forma pero debemos saber que no es así. El cuerpo tiene un montón de zonas erógenas. Si eres capaz de descubrir el placer fuera de lo clásico, tu relación sexual será más rica. E intenta no cerrarte. Eso sí, siempre con respeto, consentimiento y confianza. Y ahora que estamos encerrados qué mejor que probar algo nuevo.

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