No buscas nada, pero no puedes evitar tontear con la otra persona: te explicamos por qué

Tontear no solo nos sube la autoestima, sino que además provoca subidones de adrenalina
No buscas nada, pero no puedes evitar tontear con la otra persona

Un like tonto a los stories, una risita entre birra y birra con algún que otro acercamiento, una bromita con tono insinuador. Todxs en algún momento u otro nos hemos visto inmersxs en un tonteo que solo tenía por finalidad eso: tontear y pasar el rato. Quién diga que no, miente (especialmente lxs libra). Aunque muchas veces el tonteo es nuestra primera carta para ligar y conseguir liarnos con alguien, también nos ha pasado que simplemente teníamos ganas de divertirnos un poco y nada más. Pero, ¿por qué hacemos esto? ¿De dónde sale?

A todxs nos gusta gustar, esto es una certeza. Ahora bien, eso no quita que hay personas que tontean por deporte, digamos: sistemáticamente. Según el estudio Sex Roles: A Journal of Research, hay seis motivos por los que una persona puede coquetear: conseguir un encuentro sexual, avanzar en una relación romántica, divertirse, explorar el potencial de una posible nueva relación, aumentar la autoestima y conseguir que la otra persona nos haga un favor.

¿Recordáis esa frase de Princesa por Sorpresa donde se decía que la mejor parte de un beso era el momento previo? Nuestra jovencísima Anne Hathaway justificaba esta teoría refiriéndose a toda la carga química y tensión sexual que encierra un momento previo a un beso, es un subidón muy fuerte que culmina en el momento que tu boca se une con la de la otra persona. Pues con el tonteo pasa un poco lo mismo: se trata de una especie de antesala en la que se va acumulando la tensión y la química, generando auténticos subidones de adrenalina y dopamina. Es como estar jugando al fin y al cabo.

En el tonteo también influye un factor muy característico que se basa en el hecho de que toda la conversación del tonteo se trata de una especie de pacto tácito en el que ambas personas saben que están flirteando pero sin haberlo explicitado. Se basa un poco más en las cosas que no se dicen que en las que se dicen, y sobre todo en los gestos y las miradas. Eso hace que también saquemos nuestra parte más seductora, la cual, al ser correspondida, hace que nos suba la autoestima. Porque si nos siguen el rollo quiere decir, que de una manera u otra, le molamos a la otra persona.

Además, no negaremos que el tonteo, al jugar en el terreno de los grises y los posibles, hace que tenga ese punto de aventura porque nunca sabes qué puede salir de ahí. Muchas parejas han empezado así, con un tonteo que, sin darse, los ha terminado uniendo.

Preferencias de privacidad