Por Qué A Las Mujeres Nos Cuesta Tanto Dejar A Los Capullos

Todas hemos conocido a capullos. A un montón. Claro que siendo conscientes de que estos salen hasta de debajo de las piedras, llega el momento en que acaba resultando hasta normal. Sin embargo, de todos los cretinos que ha habido en nuestra vida, sie

Todas hemos conocido a capullos. A un montón. Claro que siendo conscientes de que estos salen hasta de debajo de las piedras, llega el momento en que acaba resultando hasta normal. Sin embargo, de todos los cretinos que ha habido en nuestra vida, siempre hay uno que nos deja marcadas, ese que es como una droga. Ese tío al que estamos enganchadas, ese tío que sabemos que es absolutamente perjudicial para nosotras pero al que, por alguna razón, somos incapaces de mandar definitivamente a la mierda.

Y la verdad es que así solo nos hacemos daño a nosotras mismas. Seguimos colgadas de ese individuo por el que lo damos todo albergando la esperanza de que algún día cambie, de que nuestro amor le haga cambiar. Pero la realidad es que eso jamás ocurrirá. Y deberíamos darnos cuenta, porque esperando que esa persona a la que queremos sea como en realidad nos gustaría que fuera solo acabamos por sentirnos decepcionadas.

Sin embargo, cuando parece que caemos en la consciencia de que no somos lo suficientemente importantes en su vida, de que siempre va a haber otras prioridades para ellos antes que nosotras, de que nos merecemos a alguien que nos valore y nos hemos decidido a dar el paso, dicen la palabra exacta con la que consiguen que les demos otra oportunidad, y así, seguir manteniéndonos en su anzuelo. Son expertos en este juego.

Y podemos creernos sus mentiras, podemos ver lo que queremos ver, creer que en realidad nos quieren, convencernos de que no somos solo una chica más, dejar ganar a nuestros sentimientos y olvidar todas las discusiones, malas palabras, decepciones y traiciones para ver solo las cosas buenas. Y es que estamos enamoradas. Pero no le amamos a él, sino a la idea del hombre en el que queremos que se transforme algún día.

Aunque ese día nunca llegará. Y lo mejor es que nos demos cuenta cuanto antes. Antes de que nos destrocen la vida y el corazón, antes de que la decepción nos invada y perdamos la ilusión por enamorarnos. Tenemos que dejar de ser débiles y tomar la decisión fácil solo porque el tiempo nos ha hecho acomodarnos. Porque la verdad es que la vida está llena de oportunidades, y el mundo está  lleno de tíos. Cientos de hombres como él, tíos que no se parecen en nada a él, y millones de hombres que son mucho mejores que él.

Así que, ¿por qué vamos a seguir desperdiciando nuestra vida compartiéndola con alguien que no es lo que buscamos? Porque si hay un aspecto de nuestra vida donde no nos podemos conformar es en el referido a la persona con la que vamos a pasar el resto de ella.

 

Crédito de la imagen: Théo Gosselin

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