Me siento mal por ser incapaz de tener sexo de una noche
Estás con tus amigxs el día después de salir de fiesta con toda la resaca, cuando unx comenta cómo consiguió follar con una persona que conoció esa misma noche en la discoteca. A partir de ahí van saliendo diferentes anécdotas entre todo el grupo y tú te encoges de hombros. Te sientes un poco bicho raro. Nunca has follado con alguien que has conocido de fiesta y que nunca más has vuelto a ver. La verdad es que alguna vez has hecho el amago, pero se te hace imposible la idea de tener sexo con alguien por quien no sientas algo. Y te da rabia porque piensas que es cursi. Pero no lo es.
El sexo se ha convertido en un elemento de estatus en nuestra sociedad actual. En pocos años se ha pasado de demonizar el sexo casual a encumbrarlo como la meta de cualquier salida nocturna. Está bien que ahora no te digan que eres una persona promiscua por follar con quién quieras cuando quieras, pero también está el otro extremo que parece que si no follas eres más “cerradx” o “antigux”. Sí, nos referimos a la presión social por la cual a veces parece que si realmente no consigues follar cuando sales, es como si hubieras perdido el tiempo.
La lógica de cuanto más follas, mejor eres y si no lo haces, es que algo va mal en ti, alimenta un imaginario de presión ante cualquier contexto de tonteo. Porque claro, ahora se da por sentado que, si conoces a alguien una noche en la disco y os acabáis liando, también tiene que haber sexo. Si no lo hay es que eres unx estrechx o cagadx. Y nada de eso.
Lo cierto es que la liberalización del sexo ha supuesto una nueva trampa, ya que se sigue ejerciendo un control social sobre la sexualidad y el deseo: ahora lo normal, lo que mola, es que folles sin necesidad de saber de la otra persona. Seguramente esto está genial para muchxs que viven el sexo desde este punto de vista: como un momento en el que vas a pasártelo bien con otra persona y ya. Pero lo cierto es que se vuelve a crear un imaginario de lo que está bien y lo que está mal, dando lugar a una presión correctiva para aquellas personas que no sigue el modelo estándar.
El sexo es una de las experiencias más íntimas que pueda existir, por lo que es imposible que todo el mundo la viva de la misma manera. No querer follar con alguien que casi no conoces, aunque te hayas liado con esa persona esa misma noche, no es raro, es súper normal. El sexo es uno de los momentos en los que una persona puede sentirse más vulnerable y expuesta, no solo por el hecho de estar completamente desnudx ante otra persona, sino también por la intimidad que supone.
Lo más importante no es si tú tienes una anécdota que contar sobre una noche que te acostaste con alguien que no sabías ni cómo se llamaba, lo importante es que para ti el sexo sea placentero. Por lo que intentar forzarte a ti mismx a tener relaciones cuando realmente no te sientxs segurx o no te apetece será un error. No caigas en el error de forzarte a follar con gente con la que realmente no te apetece simplemente por ser “como lxs demás”. Si lo haces, probablemente recuerdes esa noche como uno de los peores polvos de tu vida, sobre todo porque ya de entrada te habrás sentido incómodx obligándote a ti mismx a hacer algo que no deseas.
Puede que enfocar el sexo como simplemente sexo te ayude a desinhibirte. Pero la realidad es que no necesitas cambiar para nada tu manera de vivir las relaciones sexuales, ya que es igual de válido sentir que necesitas tener alguna especie de feeling con la otra persona que ser capaz de tener un rollo de una noche.