Ese 'maravilloso' momento en el que te cruzas con tu ex por la calle

Han llovido muchas historias desde que lo vuestro terminó. Caminas despreocupad@ por la vida consciente de que, matemáticamente hablando, encontrarte con tu ex en una calle cualquiera no es tan sencillo como pintan las películas americanas. Después de todo, y a menos que sigáis frecuentando los mismos lugares que frecuentabais cuando erais una encantadora y envidiada ex, las probabilidades de coincidir en tiempo y espacio en un mundo tan vasto son cuanto menos diminutas. No obstante, a menudo el universo se muestra juguetón y provoca que ocurra aquello tan remoto que andabas evitando con todo tu alma. Una forma, debes admitirlo, incómoda pero cómica de recordarte que, te guste o no, debes enfrentarte a las cosas.

El problema es que nunca estás del todo preparado/a. Y es lógico: las emociones siempre han sido especialistas en desbaratar cualquier tipo de plan o estrategia, especialmente cuando tienes que enfrentarte a nuevas y dolorosas realidades que impactan en tu cerebro como el disparo certero de un francotirador. La más desagradable de todas: cuando chocas de frente con tu ex y viene acompañada por su nueva y casi perfecta pareja. No importa lo poco o mucho que haya transcurrido desde la ruptura. Ni lo poco o mucho que sigas sintiendo hacia tu ex. A tu corazoncito y a tu autoestima les va a sentar como una patada en la mandíbula. Y tu reacción, con toda probabilidad, será tan torpe que te pasarás los próximos tres días lamentándote.

Por eso, y para evitar que metas la pata estrepitosamente la próxima vez que topes de manera irremediable con tu ex en alguna esquina de la ciudad, hoy te traemos cinco normas superbásicas que deberías tener muy presentes en todo momento:

Esconderse como un conejo asustado en lo más profundo de su madriguera no debería ser siquiera una opción. Porque sí, la situación puede resultar tensa o incluso desoladora, pero mucho peor resulta que aquello tan grande que fuisteis quede reducido a una relación que no merece ni el esfuerzo de aguantar un poco de mal trago. La clave está, como explicaba en una entrevista la psicoterapeuta Lisa Brateman, en "hacer aquello que te hace sentir bien contigo mismo". Y dudamos que ignorando a tu ex vayas a sentir demasiado orgullo.

A no ser que gocéis de una gran amistad pospareja, lo cual os atribuye rasgos psicópatas según un estudio de la Universidad Oakland, lo mejor es mantener las distancias y no jugársela adentrándose en terreno pantanoso que pueda hacer estallar alguna mina del pasado. Y sí, comportarte con fingida cortesía con alguien que en un punto de tu vida llegó a conocerte mejor que tú mismo puede resultar desconcertante o descorazonador, pero es una opción más saludable que arriesgarse a una guerra abierta. No es el momento de charlas profundas. No ahí.

Aunque no le falta razón al psicólogo especializado en terapia cognitiva Walter Riso cuando asegura que "la mejor venganza con el ex es ser feliz", también lo es que es necesario encontrar un equilibrio entre parecer un cordero degollado y mostrarse insultamente feliz en tu nueva vida. Y es que, en ocasiones, cuando las relaciones acaban y el amor romántico se diluye, dejamos a un lado toda la generosidad que antes teníamos hacia esa persona tan especial. Un error que no debes cometer. Que el amor de entonces se eleva sobre el maldito ego.

A veces, incluso aunque haya pasado mucho tiempo desde que os separásteis, el vínculo que guardábais te invita por inercia a comportarte de la misma manera que te comportabas durante todos esos años que pasásteis juntos. Sin embargo ya no lo estáis, y los abrazos, los besos, las miradas sexintencionadas o revisar recuerdos de entonces resulta ahora de lo más intensito y fuera de lugar. Por respeto a ti, a tu ex y a quien quiera que pueda formar parte de su vida ahora, adopta las funciones propias de ese papel al que has quedado reducid@.

De todas formas, si después de haber leído e interiorizado todos estos consejos sigues pensando que un encontronazo con tu ex acabaría derivando en algo traumático para ti, la tecnología acude una vez más en tu rescate. Internet está repleto de aplicaciones que te pueden ahorrar este mal trago, como Split, que te alerta cuando algún contacto de tu Facebook, Twitter o Instagram marcado como indeseado se acerca a ti, siempre que tenga activadas las funciones de geolocalización en estas redes sociales. O Split, que hace lo mismo pero con contactos de Foursquare. O Split. La lista es amplia. Aunque repetimos: te guste o no, tarde o temprano, enfrentarte a ciertas cosas es inevitable y más te vale estar preparada/o.